Dicen los que no la entienden que sus procesiones son folklore y fiesta sin sentimiento religioso. Algunos van más allá y consideran que este tipo de manifestaciones públicas de la Fe católica son cosa del pasado y deberían circunscribirse al ámbito de la intimidad familiar. Independientemente de la creencia religiosa de cada uno, a todos ellos les invito a que profundicen un poco más sobre la Semana Santa y sus procesiones. No sólo para entender muchos aspectos de nuestra historia, la cual no se comprende sin acudir al catolicismo, sino para conocer su significado y entender su sentido.
Para cualquier persona no involucrada en la Semana Santa, y para algunos de los involucrados en ella, la cofradía sólo es un elemento más de una procesión. Una expresión popular, festiva, en la que se recuerda la Pasión y muerte de Jesucristo. Pero para los que realmente se involucran y viven el día a día de las cofradías, la Semana Santa no es sólo una procesión, es una forma distinta de vivir la Fe en Cristo.
Recuerdo las palabras, hace un par de años, del obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, quien en el pregón de la Pasión salmantina reclamó atender a los valores del ser humano como medio para salir de la crisis económica. Destacó que la Semana Santa es "identidad, resistencia y provocación en medio de nuestra cultura del olvido y la increencia, del laicismo, de la globalización mercantilista, del endiosamiento neoliberal o de la dramática y persistente crisis social y económica".
La Semana Santa es un acontecimiento siempre actual. Memoria viva que plasma en imágenes procesionales, auténticas obras de arte, un acontecimiento que aún hoy perdura. Porque sea uno católico o no, hoy en día, en nuestro entorno, vivimos una pasión real. La que se sufre en casas de acogida, en hospitales, en pateras a la deriva o en hogares donde el maltrato y la miseria están presentes. Seamos conscientes e intentemos remediarlo en la medida de lo posible.
Para felicitarle la Pascua, querido lector, permítame dedicarle unas palabras que comparto totalmente: "La Semana Santa es todo menos folklore, tradición rutinaria, leyenda o mito. Es pasión por un hombre real, de carne y hueso: Jesús de Nazaret".
