El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, despachará el viernes con S.M. el Rey Felipe VI en el Palau de Marivent. Dado que la presidenta del Govern de les Illes Balears, Francina Armengol, tan pronto como tomó posesión del cargo –concretamente el día 7 de julio– remitió una carta a La Moncloa solicitando una reunión con el presidente Rajoy y esta carta aún no ha sido respondida pese a que hace casi un mes que fue enviada, el presidente Rajoy podría aprovechar el viaje para despachar con el Jefe del Estado para reunirse con la presidenta Armengol. Así se lo ha solicitado el Govern según confirmó a los medios el conseller de Presidencia, Marc Pons. Rajoy mataría así dos pájaros de un tiro, por no decir que además le coge de paso.
No parece que la petición del Govern sea descabellada, esté fuera de lugar o sea de difícil de cumplir, sino más bien todo lo contrario. No hay ningún argumento para que la reunión entre Rajoy y Armengol no se produzca. Ni siquiera la tan manida excusa de los problemas de agenda, pues el jefe del Ejecutivo central se halla de vacaciones.
De no recoger el guante que le lanza el Govern, Rajoy reforzará el argumento de quienes le tachan de ser una persona distante y alejada de la realidad. Puede acabar resultando que es más difícil ser recibido por Rajoy que por Don Felipe, lo cual da perfecta idea del desdén, cuando no directamente el menosprecio, con que el presidente del Govern trata los asuntos que afectan a las autonomías. Tiene una oportunidad de oro para reunirse con Armengol y cortar de raíz toda crítica.



