El Mallorca necesitó de un absurdo regalo de su anfitrión para regresar de Villarreal con un punto que le permite mantener los ocho puntos de ventaja que tenía antes de la presente jornada y cuando solo faltan nueve para la clasificación final.
El filial del “submarino amarillo”, ¿será “batiscafo”?, fue mucho mejor y no solo desperdició numerosas ocasiones para sentenciar el partido, sino que se permitió el lujo de obsequiar a su rival con una cesión innecesaria que provocó el penalti que determinó el empate en segundos de prolongación de la primera mitad y que iba a ser el único remate visitante entre los tres palos del atribulado guardameta local.
Los hombres de Miguel Alvarez superaron en todos los terrenos a los de Vicente Moreno excepto en un aspecto, su competitividad. Hicieron lo que saben, jugar a fútbol, pero lo hacen sin malicia ni subterfugios. Sin embargo, pese al empate, los rojillos necesitan practicar un nuevo examen de conciencia para analizar la profunda crisis de ideas que quizás renazcan con la reaparición de Lago Jr. que disfrutó de sus primeros minutos tras la grave lesión que le ha mantenido meses alejado del césped.
Por su parte y conforme a lo esperado, el Atlético Baleares dio buena cuenta del colista. Los tres puntos sumados ante el Aragón no son suficientes para abandonar las posiciones de descenso. La victoria del Llagostera, que marca la promoción a cinco puntos, perjudica al inquilino de Son Malferit antes de su visita a Peralada que, con su triunfo en Santa Eularia, hunde a la Penya Deportiva, otro claro candidato a bajar de categoría.
