Todas las instituciones de Balears se han sumado a las muestras de condolencia y apoyo a las víctimas de los atentados perpetrados en Catalunya y a las condenas por la barbarie terrorista. Los minutos de silencio convocados ante las instituciones, se sucedieron este viernes con afluencia de muchos ciudadanos y ante la indignación general que han provocado actos criminales premeditados y perpetrados con semejante crueldad.
Paralelamente, las investigaciones de los Mossos d’Esquadra avanzan y se van conociendo las identidades de los terroristas y sus intenciones originales, aún más salvajes y mortíferas, al saberse que preparaban explosivos en una casa en Alcanar (Tarragona), donde el miércoles por la noche se produjo una explosión accidental, lo que desbarató los planes originales de los yihadistas y les forzaron a precipitar la acción cometida en la Rambla de Barcelona y posteriormente en Cambrils (Tarragona).
A la vista de todo esto, la delegada del Gobierno en Balears, María Salom, anunció que se estudia la colocación de obstáculos como maceteros o bolardos que impidan el acceso de vehículos no autorizados en zonas peatonales. Palma lo hizo al poco tiempo en calles peatonales como Sant Miquel.
Es evidente que lo sucedido obliga a las autoridades, cada cual en el ámbito de sus competencias, a revisar las medidas de seguridad y los protocolos de actuación, pues no es la primera vez que los terroristas del Daesh atentan mediante el sencillo y asequible procedimiento del atropello masivo e indiscriminado. La mayoría de grandes ciudades adoptó medidas extraordinarias ante grandes concentraciones de gente, como en navidades, por las cabalgatas de reyes o en carnaval. Pero es preciso volver a analizar la situación y adoptar nuevas medidas para proteger a la población.
