"Quiero empezar este artículo agradeciendo de corazón el enorme esfuerzo realizado por mis compañeras-os, en este periodo electoral que ha durado meses el trabajo, que ha sido siempre desde el corazón y la ilusión, cada cual desde donde ha podido, o mejor ha entendido."
No hemos llegado, no hemos ganado; nos ha ganado las elecciones el bipartidismo, los representantes del régimen del 78, la casta unida, pero es solamente una batalla, no la guerra. Vendrán otras y las pelearemos de igual manera, dándolo todo. Ellos son más débiles ahora que cuando nacimos, el tablero político ha cambiado, ha cambiado para siempre y para bien. Ya no existe el quítate tú que me ponga yo y viceversa; el hoy por ti mañana por mí, el trueque político, el chalaneo, el compadreo.......las chicas-os "malos" de Podemos están aquí, y han llegado para quedarse.
Seguiremos mostrando nuestras cartas, nuestro objetivo es el bien común, y más pronto que tarde prevalecerá la razón por encima de la manipulación social que ejercen todavía los de la casta; decenas de opinadores a sueldo y los medios de comunicación, en su inmensa mayoría, lanzando infundios, y reptando por las cloacas a ver si pueden pillar algo....difama que algo queda, dice el refrán. Han conseguido instaurar en buena parte de la sociedad el relato del miedo, miedo a la libertad, a la fraternidad y a la equidad. Camuflando estos valores con eslóganes diversos, hasta taparlos. Consiguiendo en muchísimos casos que aparecieran ante la opinión pública como algo lesivo. Miedo a mirar a los amos a la cara y decirles basta, por temor a perder la miseria en la que cabalgan millones de personas.
Hemos perdido las elecciones, pero no el orgullo, no hemos perdido la dignidad, la dignidad de representar un ideario político que mira a la Justicia Social. El ideario político de los no alienados, porque esa es la sociedad que queremos, que soñamos, que deseamos instaurar en España. En esa España de hoy afectada de corrupción latrocinio a mansalva, no hay una sola Institución que no esté afectada de esa plaga de sinvergüenzas cuya escala de valores es cero. Esa España de capitalismo de amiguetes, que no del libre mercado y la competencia sana, ya nos gustaría conocer aquí un sistema de libre mercado limpio.
Hace falta seguir extendiendo cultura e ideales, extendiendo el valor del esfuerzo limpio, del beneficio justo, del respeto a lo público, del valor del bien común. Debe inculcarse a través de la pedagogía que los políticos deben rendirnos cuentas, que están a nuestro servicio, y no al de las oligarquías. Tenemos una revolución pendiente: cumplir la ley todos, las élites también. Parte de esa revolución es defender el derecho de los de abajo a tener una sanidad de calidad, una educación de primera y públicas, unos sueldos dignos. Otra parte de la revolución es que, un País decente no puede tener trece millones de personas al borde de la exclusión social; no solamente por Justicia Social, si no porque paliando esa situación fomentamos el consumo y la riqueza, para todos. Hay que cambiar el concepto de patriotismo. Patriota no es una persona que lleva banderitas españolas en una pulsera, y evade impuestos. Patriota es aquella persona que construye país pagando aquí sus impuestos conformándose con sus legítimos beneficios; tal como hacen los asalariados, la pequeña y mediana empresa, es decir la mayoría de gente. Es deseable que la evolución social cale antes de que lleguemos a aplicarnos las gentes corrientes, el pueblo, aquel viejo axioma: "les robaron tanto que llegaron a quitarles hasta el miedo", porque sería muy peligroso, las transformaciones sociales han de ejecutarse democráticamente.
Hemos perdido las elecciones, hay que reconocerlo, sin ambigüedades. Lameremos nuestras heridas.... sanarán; la próxima legislatura ocuparemos la bancada de la oposición, para dar la batalla con orgullo, con dignidad, con razones políticas fundamentadas, como lobos que defienden su camada, defendiendo a la gente. Ahí donde estaremos. Sigo profundamente convencido, ahora más que nunca que Sí se Puede.
Pd. He mencionado al lobo en mi metáfora "como lobos que defienden su camada" porque existen en la naturaleza animales más fuertes, tigres, leones etcétera; pero a estos se les amaestra para el circo, al lobo no se le puede amaestrar.