Resulta bastante llamativo que el Govern del Canvi, que presumía de talante negociador y disposición al diálogo, además de firme defensor del transporte público y singularmente del ferroviario, haya adoptado unilateralmente una medida tan drástica como reducir hasta un 31% las frecuencias del tren e incluso suprimir los trenes semidirectos de Palma a Inca y Sa Pobla a partir de este viernes. Y todo ello se produce, además, cuando hace ya dos meses de huelgas de los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), sin que nada se haga por parte del conseller de Movilidad, Marc Pons, para solucionar el conflicto.
Se recortan frecuencias de tren y solo se plantea como solución que los usuarios del servicio soporten estoicamente días de huelga
Solo hace traer a la memoria la beligerancia del PSIB cuando estaba en la oposición durante la pasada legislatura, con sus continuos ataques a la gerencia de SFM cada vez que los trabajadores hacían un comunicado de prensa o secundaban alguna jornada de huelga. Ahora, sin embargo, se recortan frecuencias de tren y solo se plantea como solución que los usuarios del servicio soporten estoicamente días de huelga sin que el Govern mueva un músculo.
Ante esta situación catastrófica en la SFM, agravada por el silencio ominoso de los partidos de izquierdas presentes en la Cámara autonómica y aún más de Podem, formación a la que tanto conmueve el conflicto con los privilegiados, estibadores pero que desprecia lo que sucede en los Serveis Ferroviaris de Mallorca, solo cabe exigir un radical cambio de rumbo en la gestión de la empresa pública y del conflicto con los trabajadores. De no producirse de forma inmediata, el Govern quedará retratado por mentir cuando presume de fomentar el transporte público, a la vez que degrada la calidad del servicio ferroviario pegando un tijeretazo monumental y sin precedentes a las frecuencias del tren.