Diario de Mallorca publicó la noticia de que se ha creado un 'banco ético' y ayer destacaba que fue una de las noticias más seguidas por sus lectores. Me parece bien, por supuesto, que se cree un banco que no destine lo que capta en el mercado a fines socialmente inadmisibles. Pero la cuestión, se me ocurre, es bastante más profunda: ¿es que los demás bancos sí pueden destinar sus recursos a fines no admisibles? ¿Dónde está quien determina que sí es admisible un negocio y no lo es el otro? Por ejemplo, ¿es admisible una petrolera? ¿Y un banco que, como es natural, embarga a quien no puede cumplir con sus pagos? ¿Y es ético invertir en una empresa europea, subvencionada por un gobierno, que así puede impedir la entrada de productos de países terceros? ¿Quién reparte las etiquetas de 'ético'? La idea no debería basarse en crear islas en las que se defienda la ética, sino que el conjunto de la sociedad aplique principios sanos. Pero eso, en un entorno en el que parece que 'todo vale', está descartado.





