Escorca. Cueva natural situada a 920 metros de altitud en la sierra de Cúber. El yacimiento fue descubierto por Simó Mateu, hijo del aparcero de la finca de Cúber y ha permitido conocer el medio y las estrategias de subsistencia del grupo humano y reconstruirlos en los contextos culturales de aquellos años, poniendo en evidencia una ocupación territorial en un hábitat de condiciones extremas. Por una parte, los estudios sedimentológicos parecen indicar que, pese a la altitud, las condiciones biogeográficas del entorno podrían haber empeorado fuertemente en los últimos 4.000 años, con pérdida de sol y cobertura vegetal.





