Mateu Isern ya es historia.... o no. Observando detenidamente las actitudes y decisiones que está tomando José Ramón Bauzá pensando en las elecciones municipales, autonómicas y a los consells de 2015, da la sensación de que el presidente regional del PP se lo está jugando todo a una sola carta: la de las mayorías absolutas. Todo o nada.
Bauzá se juega el tipo. Pone en juego y encima de la mesa su futuro político. Todo el mundo sabe que Palma es la circunscripción que más votos aporta al que va a ser el partido más votado en las elecciones al Parlament. Bauzá ha decidido que no sea Isern quien haga esa aportación. La va a tener que hacer Margalida Durán con el apoyo de toda la infantería de José María Rodríguez. Todos a sumar. No se puede perder la mayoría absoluta en Palma y no se puede perder el Govern.
Bauzá es consciente de todo esto y, de hecho, en Génova, cuando presionó para que Madrid no interfiriera en su decisión sobre el candidato a Palma, ya dejó claro que se hacía responsable de la decisión cuando las encuestas daban a Isern un muy buen resultado.
Es mayoría absoluta o nada porque nadie ve al PP pactando un gobierno con ningún partido del espectro político. Ni en Palma, ni en el Consell ni en el Parlament.
Todo o nada. Si sale "nada", los barones saldrán de la cueva y más de un alcalde dejará oir su voz. La corriente puede llegar a ser imparable y alguien tendrá que responsabilizarse de un posible fiasco, de no conseguir las mayorías absolutas.
Todo a una carta y sin Plan b.
Veremos si Bauzá acierta o no. Pero me gustaría añadir y recordar que hubo otro candidato y presidente regional que también optó por el "todo o nada" en las últimas elecciones a las que se presentó. Fue Jaume Matas. Todo a una carta. Salió "nada".