Las cuentas no salen ni aunque hagas cálculo de integrales. Sentemos en primer lugar la hipótesis: el Mallorca regala tres entradas por abonado de cara al partido del sábado y en su página web oficial se indica que cuenta con 12.511.
Desarrollemos el planteamiento: si todos ellos acudieran a retirar sus tres localidades gratuitas, se repartirían 37.533 cuando la máxima capacidad del estadio es de 23.142. ¿De donde saldrían las 14.391 plazas restantes?. Lógicamente no es válido el argumento de que no todos responden a la oferta ya que potencialmente podrían hacerlo y el club se buscaría la ruina por ofrecer unos asientos de los que no dispone. Un “overbooking” en toda regla ya que ofertar en un espectáculo público por encima de su capacidad no es, como mínimo, ético y, seguramente, tampoco reglamentario.
Para evitar ese riesgo lo prudente sería multiplicar por tres el número real de abonados para no incurrir en falsa publicidad, lo cual nos conduce a la conclusión de que no son 12.511 los seguidores con carnet sino 7.714, una cifra mucho más acorde con la afluencia declarada de espectadores a Son Moix y que resulta de restar al primer factor los 4.797 que salen del dividir 14.391 entre tres.
Explicado así, por escrito, puede parecer un galimatías, pero no lo es. Háganlo en casa y les cuadrará sin un solo decimal. Es mejor que ponerse a pensar quién y cómo utiliza las entradas gratuitas, puesto que al final tampoco se superan apenas los diez mil asientos ocupados.