Es algo común para prácticamente todos nosotros, empezar a pensar en soluciones cuando nos vienen los problemas, no es sólo una incompetencia de la administración, la diferencia es que si los problemas son de índole personal y no los hemos previsto, pagaremos nosotros las consecuencias y cuando los problemas son colectivos y no son previstos los pagamos todos sin remisión.
El conflicto del taxi, el Brexit, la insularidad, la deriva independentista, la amenaza yihadista, las consecuencias internacionales de los dictadores que persisten en sus puestos o los cambios de hábitos de los consumidores ya sean fruto de los tiempos o inducidos por campañas muy bien orquestadas, son objetivos de análisis y trabajo para una administración y políticos que dicen están para servirnos.
Por poner algún ejemplo más concreto, ustedes se creen que para un Gobierno con toda la maquinaria de gabinetes que estudian los comportamientos de la sociedad se les puede pasar una historia como la de los taxis, un fenómeno que ya había pasado en otros países. La movilidad en las ciudades está cambiando, primero fueron los carriles bicis, después hacer más ejes peatonales, la subida de los carburantes, la contaminación, los patinetes y la llegada de grandes empresas al sector de usuarios de transporte. Todo esto ha ido pasando en años, aquí y en otros países, sólo había que estar atentos observar y adelantarse a los acontecimientos, porque el resultado de la inacción es terrible, conflictos en la calle y generación de caos en las ciudades.
Entiendo que hay que trabajar en dos direcciones, estar atentos a los cambios de hábitos, controlar los efectos de ciertas normas de la administración, observar y por lo menos informar a los sectores implicados de fenómenos como por ejemplo Amazon, lo que pueden llegar a significar.
AL final al cliente, consumidor, ciudadano, se le intenta llegar o manipular de diversas maneras, nadie empieza el día queriendo consumir algo que nunca ha consumido, pero si se tropieza con doscientos anuncios, vallas, radio, televisión, redes sociales y algunos comunicadores muy bien pagados hablándole de las excelencias de ese producto o servicio, tenemos muchas posibilidades de probar o consumir aquello e incluso pensar que era lo que ansiosamente estábamos esperando.
Ah, se me olvidaba a esto se le llama libre elección, libre mercado y bla,bla,bla, pero como ven los medios de unos y otros están un “poco” descompensados.
Creo que la información veraz, la hecha desde todos los puntos de vista, bien analizada es el mejor protector para todos y la que repele a mucho de lo indeseable que se nos acerca, el problema es que siendo esta la era en la que más información está disponible al alcance de todos, es también la era de la desinformación, manipulación e incultura más generalizada. Pero esto no es un mal divino lo podemos combatir, hay que ponerse las pilas y empezar a informarse mejor, leer más, porque sino somos presa fácil.
Han pasado casi 2.500 años para que la frase de Sócrates “El conocimiento os hará libres” esté más vigente que nunca.