La propuesta del Govern de impulsar la reforma de Son Dureta suena bien. Aparentemente es un proyecto meditado y trabajado técnicamente. Planificado en el tiempo. Se presenta fuera del escenario electoral. Compromete a los dos departamentos implicados. Se prevé un desarrollo, aprobación, licitación, construcción y puesta en marcha no vinculada a las prisas de una sola legislatura. Responde a una demanda ciudadana clara y a unas necesidades objetivas.
El proyecto suena mejor, mucho mejor, cuando se incorporan las propuestas de mejora provenientes del Ayuntamiento de Palma. En especial, el de vincularlo a su apertura a la ciudad por medio de un gran corredor. La oportunidad de reforma del emblemático centro puede convertir Palma en un modelo de ciudad envidiable y adecuarlo a las necesidades de las próximas generaciones.
De hecho la modernización y peatonización del Paseo Marítimo, la rehabilitación y reforma de la zona de los molinos del Jonquet y la incorporación del Parque de Bellver marcaran la ciudad de las próximas décadas de forma definitiva. Las modélicas urbes europeas integran sus parques en la ciudad, los acercan a los ciudadanos. En este caso, para uso y disfrute prioritario de los residentes mayores y dependientes.
Sonaría aún mejor si estuviera consensuado con el resto de partidos del arco parlamentario. La nueva política se marcaría un gran tanto. En realidad, el proyecto de ciudad del futuro, necesitará del impulso de todas las sensibilidades y del compromiso de las corporaciones de todos los colores políticos.
Tomas y Sansaloni marcaron el camino del entendimiento. El parlamento aprobó una Proposición no de Ley por la que se comprometían todos los partidos a trabajar en una comisión representativa que permitiera un proyecto con el apoyo de todos.
Abrir el Parque de Bellver a la ciudad, con una gran explanada ajardinada y un amplio aparcamiento público subterráneo no es una opción. Es una necesidad.
La longevidad de la población es el resultado del éxito colectivo. Da tantos problemas como oportunidades y seguirán siendo necesarios nuevos proyectos más modernos, económicos, con retorno para seguir dándole respuesta.
De son Dureta no se espera una promoción de VPO amurallada para la tercera edad. No es su capacidad el aspecto más importante.
Del futuro del emblemático hospital se espera una Ciudad Sociosanitaria al servicio de todos los residentes de Baleares, con opciones preferentes para los dependientes y abierto a todos los ciudadanos. Con soluciones sosegadas, sin improvisaciones, con aportaciones esencialmente técnicas y con participación social que embellezcan la ciudad y mejoren la calidad de vida de ciudadanos y visitantes.
Estamos a tiempo de conseguirlo. Les suena diálogo y consenso. Pues esto, ha llegado el momento de ponerlo en práctica.