La Policía Nacional ha mostrado las nuevas instalaciones en las que custodiarán a los inmigrantes llegados en patera a Mallorca.
Se trata de un conjunto de módulos instalados en el antiguo cuartel de Son Tou, a las afueras de Palma, y que constan de todos los elementos necesarios para proporcionar "un trato digno" a estas personas (camas, sistema de refrigeración, baños), tal y como indicó el Jefe Superior del CNP en Baleares, Gonzalo Espino, a los medios de comunicación.
El comisario recordó que con estas infraestructuras se podrá atender la realidad migratoria en Baleares con garantías, "después de unos años muy duros", haciendo alusión a los episodios en los que tuvieron que retener a los inmigrantes en los garajes de la Jefatura u otras sedes policiales, al carecer las islas de espacios oficiales para este fin.
Por ello, la cesión de Son Tous y la reconversión en centro especializado es todo un acierto. Ni los inmigrantes ni los policías se merecían una respuesta institucional tan pobre, que negaba la realidad y miraba hacia otro lado obligando a funcionar con parches.
De este modo, cuando se den oleadas de pateras -que, como la propia delegada del Gobierno, Aina Calvo, reconocía en este medio que ocurrirá- el Cuerpo Nacional de Policía podrá redirigir e instalar a todos los inmigrantes en este espacio y llevar a cabo los trámites correspondientes para iniciar los expedientes de devolución. Aunque lo cierto es que a día de hoy, este proceso es papel mojado ya que el país magrebí tiene las fronteras cerradas y por tanto, una vez transcurridas las 72 horas máximas de custodia policial, todas estas personas serán libres y retomarán su ruta hacia el norte de Europa.
Un asunto que concierne resolver al Gobierno español y la Unión Europea, en su conjunto. Baleares, en este punto, poco o más bien, nada, puede hacer.
Lo que sí puede -y debe- luchar ante el Ejecutivo de Pedro Sánchez es la necesidad de reforzar al máximo las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en las islas para gestionar este fenómeno como toca sin descuidar el resto de la labor policial.
Independientemente de cómo lo quieran denominar -el eufemismo es "prologación de la comisaría", la realidad es que es un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE)- lo único que importa ahora es que el Ministerio del Interior reconozca lo que estas insfraestructuras significan y que las dote de todos los medios humanos necesarios.