Lucha personal por definir su camino

Space Raphaël: "Paseando por Bruselas descubrí que era pintor"

Space Raphaël observando sus obras en un taller artístico
Space Raphaël admira sus obras en un ambiente creativo.
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Space Raphaël es el nombre artístico con el que se conoce a este artista nacido en Bélgica y afincado en Fornalutx desde 2021. Siente pasión por el arte desde que tiene uso de razón y aun en contra de la opinión de gente cercana y de algún profesor, siguió empecinado en cumplir con aquel deseo interior, de abrazar a sus musas, de coger el timón del barco y llevarlo a destino.

Para completar esta entrevista nos desplazamos hasta el municipio de Fornalutx, en plena Sierra de Tramuntana. Mi amigo Ferruccio hizo de anfitrión, él fue quién me proporcionó el contacto y se ofreció para acompañarme en un suave día de invierno.

Dejamos el coche en un parking municipal y nos dimos un paseo que me permitió contemplar la arquitectura de este enclave, las calles estrechas empedradas y adoquinadas, el aroma singular, rodeados de huertos de naranjos, limoneros y olivares. Después de caminar unos minutos paramos ante una reveladora fachada y llamamos a la puerta.

Vista de la Sierra de Tramuntana con nubes y vegetación

Bienvenidos, gracias por venir a mi casa – Nos comentó el protagonista…

Raphaël Kettani es el creador de la marca Space Raphaël con la que firma cada una de sus piezas, acabadas en cualquiera de los soportes que utiliza.

Ya que nos ha abierto las puertas de su casa, estudio, galería, nos va a permitir conocer detalles profesionales y personales ¿Qué puede contarnos de su familia?

Mi padre se llama Saad es periodista de origen belga-marroquí, mi madre es Francoise, es masajista y diseñadora gráfica, de origen belga y húngaro, y tengo dos hermanas.

Nace en Bruselas el 17 febrero de 1992…

Ese año que fue declarado por la ONU como el año Internacional del Espacio, sería determinante para Europa en septiembre y tras el referéndum sobre el Tratado de Maastricht en Francia se generó una fuerte inestabilidad económica, con fuertes ataques a distintas monedas europeas. Finalmente, con la firma se sentaron las bases para la moneda única de la Unión Europea con sede en Bruselas. España se mostraba al mundo con la Expo 92 de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, Checoslovaquia se disolvía pacíficamente y se convertía en dos países; República Checa y Eslovaquia, el piloto Michael Schumacher obtenía su primera victoria en la categoría de Fórmula 1 con una victoria en el circuito Spa-Francorchamps en el Gran Premio de Bélgica.

Le pido que haga el ejercicio de remontarse años atrás ¿Cuáles son sus primeras memorias?

Solo tenía dos años cuando dejamos Bruselas y marchamos a vivir al campo en la localidad de Mont-Saint-Guibert, donde residí hasta la edad de veinte años. Siempre estaba con el lápiz en la mano, a los seis años dibujaba humanos que se convertían en robots y ciudades con edificios altos y casas arriba y debajo de la tierra, con subterráneos, pasadizos y galerías refugios, llenos de camas.

Space Raphaël en su taller rodeado de arte colorido

¿Cómo era Raphael en su infancia y en sus estudios?

A los ocho años dibujé mi primer cómic para la profesora del colegio.

Era fantasioso, todo el tiempo quería dibujar en cualquier sitio, en cualquier soporte, cuaderno, madera, cartón, no me gustaban los estudios, me aburrían y me evadía pintando, dibujando.

No podía leer los textos de los libros de tantos dibujos que había plasmado. Era mi manera de rebelarme. Los alumnos me miraban como a un bicho raro, y yo lo hacía sin darme cuenta, aunque luego, escondía algunos de ellos, pensando que no eran bonitos.

¿Qué opinaban en casa?

Mis padres enmarcaron algunos de mis dibujos. Una de las veces, observaron uno en el que mi cara estaba apoyada a un ordenador y entendieron que yo estaba deseando tener uno de aquellos aparatos y me lo compraron. No era mi pretensión, pero en ese momento, entendí el poder de transmitir que tiene pintar o dibujar.

En su adolescencia ¿Continuó con la misma idea?

Nunca dejé de dibujar. A los trece años, a la profesora de clase de diseño le gustaron tanto mis ejercicios que se los llevó para mostrar a todos los alumnos del colegio. A los quince años ya empecé a crear con el ordenador, Photoshop, collage, etc. En cierta ocasión, a los dieciséis pinté con carboncillo sobre las tablas de las mesas de clase y a cada hora cambiaba, hasta acabar con todas. Desde entonces se prohibió dibujar sobre las mesas de ese colegio. A los dieciocho años diseñaba y dibujaba con mi ipad.

Artista Space Raphaël creando una obra en su estudio
Space Raphaël se sumerge en su proceso creativo en el estudio.

A los dieciocho va a clases a la universidad en Bruselas…

Mi padre me aconsejó que me sacará algún título. Yo no estaba seguro de lo que quería, ni tan siquiera si debía de hacer Bellas Artes, ya que pintaba por placer. Pasaba el tiempo y era un mar de dudas, fue un periodo duro, no sabía que hacer ni encontraba solución y eso que sacaba buenas notas. Cuanto mejor me iban las notas peor me sentía, era incapaz de hallar mi objetivo. Hacía resúmenes de las asignaturas con dibujos y algunas notas de cada sesión en clase, era genial. Antes hacía lo que los demás querían, ahí empecé a sentir que debía desvelar mis sentimientos, porque si no, no superaría aquellas dificultades que me dañaban la mente.

¿Y se rebeló?

En cierto modo. En una clase de fotografía fui crítico con el profesor o al menos él lo entendió de aquella manera, cuando le indiqué en el examen, que nunca había ido a una clase suya porque me aburría y eso que respondí cada una de las preguntas del test, pero no le gustó que diera mi opinión.

Ese tiempo fue relevante para mí, me sirvió como punto de inflexión. Dejé la universidad después de ocho meses y me dediqué a leer filosofía y repasando a Charles Dickens me di cuenta de que él había pasado por lo mismo que yo, que pensaba como yo, como si fuera alguien de mi familia. Antes no había encontrado a nadie que coincidiese así conmigo.

A los veintiún años se inscribe en Bélgica en una academia de arte.

Sí, pero era muy aburrida y solo duré un mes, sentía que no necesitaba aquella enseñanza que no me proporcionaba nada interesante.

Después de este mes dejé de dibujar y empecé a pintar, cosa que no había hecho nunca. Me invadió la tranquilidad, encontré la calma pintando en blanco y negro sobre una tela.

En su casa no estaban de acuerdo, aun así, usted continuó con su empeño…

Mi padre me dijo que si me dedicaba al arte dejaría de apoyarme. Mi respuesta fue llevar a cabo mi primera exposición en mi casita de estudiante. Expuse diez obras y vendí la mitad, con lo que saqué pude vivir las siguientes semanas. Después mi padre compró algunas de aquellas obras. Yo estaba convencido de lo que deseaba y le dije; “dame diez años más y haré una gran exposición en un lugar simbólico”.

Seis meses después expuse 50 obras en “La Quincailleire” de Bruselas. Fue el inicio de aquel despegue. Mi padre sin decir nada, me mostró que se sentía orgulloso de mi.

¿Cómo se produce a partir de entonces su evolución?

A los 24, regresé a vivir al campo hasta los 26. Después marché a Paris y estuve hasta los 30. Me pasé muchas horas pintando al natural, sentía que debía ser accesible y notar la emoción de la gente. Convivía con los transeúntes, pintando y hablando constantemente con ellos.

Tuve mucho éxito en París. Allí conocí a Christine, mi pareja con quién llevamos ochos años conviviendo juntos y pensamos que pronto nos casaremos.

Con el paso del tiempo noté la intensidad de la ciudad y en el piso no podía realizar grandes formatos. Necesitaba naturaleza y espacio. Tal vez fue premonitorio, ya que sin querer había agregado algunas palmeras en mis obras dedicadas a la ciudad.

Con Christine pensamos en cambiar de aires y barajamos varias posibilidades, entre otras, Formentera, pero encontramos esta casa que el propietario transformó a nuestro gusto y ya han pasado cuatro años.

Space Raphaël dibujando en su estudio durante una entrevista.

¿Cómo ha sido la adaptación de pasar de una gran ciudad como París a habitar en un lugar recóndito y rodeado de naturaleza como es Fornalutx?

No fue nada fácil. Los primeros años no me encontraba, necesito la soledad para crear. No fue nada fácil el principio, no me gustaba lo que me salía y tardé en conseguir hacer lo que quería. Me faltaba la energía interior, notaba que me sobraba todo, hasta que recuperé mi instinto creativo.

El propietario de esta vivienda les ayudó a confeccionar la obra para que el hogar quedase como ellos deseaban.

Han habilitado algunas estancias, para taller estudio, para galería con horario al público, para espacio interior y exterior para componer música y el resto para la convivencia familiar.

¿Cómo es ahora su día a día?

Pinto y creo todos los días de la semana.

¿Cómo definiría las sensaciones en los momentos cuando está pintando?

Cuando pinto, me conecto con otro mundo, con el universo. Todo se calma y todo se vuelve muy, muy poderoso.

¿Qué etapa de la historia del arte es para usted la más sugerente?

Para mí, la época más impresionante es la del arte moderno y la época actual.

Cuéntenos si en su vida ha habido un viaje inolvidable

Mi viaje más inolvidable fue cuando caminaba por una calle de Bruselas y decidí, en ese mismo momento, que era pintor.

¿Qué libro le ha impresionado?

“Le hasard n’existe pas” de Karl Otto Schmidt

¿Cuál es uno de sus platos culinarios preferido?

Uno tradicional de la gastronomía belga que se llama “Stump”.

¿Qué no le gusta en el ser humano?

Su falta de voluntad para ir más lejos, crecer y evolucionar.

¿Qué acontecimiento internacional le quedó grabado en la piel?

No hay ningún acontecimiento de carácter internacional que me haya afectado lo suficiente.

¿Cuál sería uno de los días más emocionantes de su vida?

Cuando creé las obras “Il était une fois dans l’Ouest” y “Welcome to the Jungle”.

¿Cuál calificaría como uno de sus peores momentos?

Estaba creando una obra gigante en un evento en vivo, había mucha gente y alguien dijo algo que no fue muy inteligente; eso me perturbó y no me gustó la el resultado. Después continué trabajando en ella y le devolví su nobleza.

¿Qué temas de actualidad son de su interés?

Los NFT (Non-Fungible Tokens) y la inteligencia artificial.

Xisco Barceló y Space Raphaël conversando en una escalera decorada con arte.

Se considera NFT a los certificados digitales de propiedad para activos únicos, bien pudiera ser en música o arte, u objetos de colección. Se deben registrar en una tecnología blockchain para garantizar su propiedad y su autenticidad.

Además de usarse para numerosos otros conceptos, como Videojuegos, para la Trazabilidad de algunos productos, para Finanzas y Préstamos, etc. en este caso, a los creadores les permite vender obras de arte digitales y a los coleccionistas poseer piezas exclusivas de manera certificada.

¿Alguna vez se ha emocionado delante de una pieza de arte?

En el Stedelijk Museum, con una obra de Keith Haring.

En el Louvre, con La Libertad guiando al pueblo y L’Entrée des Croisés à Constantinople de Delacroix por su tamaño.

En el Centre Pompidou, con Broadway Boogie Woogie de Piet Mondrian y Composition IV de Vassily Kandinsky.

¿Cómo actualiza la información sobre las nuevas tendencias del arte?

Sigo las nuevas obras a través de revistas y redes sociales, pero no solo eso; no me concentro únicamente en lo que acaba de salir. Lo nuevo también surge de cosas que tienen más recorrido.

¿Hay una preparación previa para plasmar sus obras?

Si te refieres a boceto o estudio, no, nunca. Voy directamente al soporte y ejecuto la idea.

¿Quiénes están en la su lista de artistas preferidos?

A. Russo, Matisse, Cézanne, Keith Haring, Miró, Dalí, Magritte, Picasso, entre otros.

Artista Space Raphaël creando una obra con marcadores

Traté de visualizar su iconografía, recorrí sus laberintos en blanco y negro y otras veces en color, traté de averiguar la similitud entre sus simbolismos, si representan creencias, o tienen que ver con conceptos de la mitología griega o tal vez la japonesa, o tal vez la china, o ¿quién sabe?, tal vez la egipcia o de una jungla urbana como Mumbai o Uttar Pradesh en la India.

Resolví que ni una cosa ni otra. Me dejé llevar por el misterio de aquel lenguaje surrealista que me transportaba en el tiempo y de repente me vi rodeado de ciudades construidas sin un solo espacio para respirar, ciudades asfixiantes y asfixiadas, de miles ojos que te contemplan desde el interior hacia fuera. Eran lugares cercanos, rostros amontonados en unos centímetros de tela que manifestaban una locuaz ironía y una sórdida llamada a la esperanza.

¿Qué encontraría si revisase su lista de proyectos?

Que continúo pintando, que sigo haciendo trabajos en digital y componiendo música electrónica en el jardín de casa.

Llegábamos al final de esta charla, considerando el repaso que habíamos dado a la evolución personal y profesional de este artista, desde ese recuerdo que atesora de su primera exposición, una pieza titulada; “l’homme et le chat” una obra sencilla de ejecución pero de materia filosófica que muestra la figura de un hombre esperando junto a un semáforo y un gato vigilante detrás de una ventana, hasta llegar a interpretar el arte con las actuales composiciones en las que esparce un arsenal de personajes y elementos acumulados en una especie de gran puzle del universo. Un artista que cita la influencia y sus preferencias por Keith Haring y que desde hace cuatro años ha encontrado su refugio en un pueblecito del norte de Mallorca.

Mi amigo Ferruccio y yo, nos recogíamos para la vuelta a casa.

Os voy a dedicar un dibujo, agradecido por vuestra visita – Le respondimos con un;Gracias”, casi al unísono.

De copiloto en el trayecto de vuelta, pude apreciar la belleza de Fornalutx y de todo aquel edénico entorno.

Xisco Barceló y Space Raphaël en su taller de arte
Xisco Barceló y Space Raphaël posan en su taller, rodeados de arte y creatividad.

Texto: Xisco Barceló

Fotografías: Xisco y archivo de Raphaël

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