Ahora que ningún miembro del Gobierno parece haber conocido al recluso preventivo Santos Cerdán, es hora de desenmascarar a quienes le encumbraron al vértice superior de este Trío Calaveras de la política patria, que en lugar de entonar rancheras como sus homónimos mejicanos, se dedicaban al viejo y nunca bien ponderado negocio del trinque, para sí o -ya veremos- quizás también por cuenta de terceros o del partido de los 140 años de “honradez”. Cerdán-Ábalos-Koldo, los mariachis del titiritero de La Moncloa, nos demuestran que en el PSOE poco ha cambiado desde que, en 1996, fuera desalojado del poder por el cúmulo de casos de corrupción (FILESA, MALESA, Time-Export, el BOE, la Cruz Roja, la RENFE, Roldán, Juan Guerra, el GAL…) que acabaron con la carrera de un tipo infinitamente más inteligente y, sobre todo, más listo y más patriota que Pedro Sánchez, como fue -y sigue siendo- Felipe González, pese a sus 83 primaveras actuales.
Obviamente, sin la intervención de esta tropa corrupta, ni Sánchez hubiera recuperado jamás la Secretaría General del PSOE, ni, por ende, lo padeceríamos hoy como presidente del Gobierno. De manera que el primer y más ferviente promotor de este terceto de sinvergüenzas es, como no, nuestro apolíneo líder monclovita, que definía públicamente a Santos Cerdán como “mi amigo”, algo que su pizpireta y locuaz vicepresidenta afirmaba también hace solo unas pocas semanas. Otro tanto cabe decir del veleidoso Patxi López, que pasó de ser el máximo detractor de Sánchez a su más devoto siervo/títere y ferviente defensor de las gracias que adornaban a Santos Cerdán hasta anteayer.
Pero, una pieza clave en el devenir del PSOE desde 2004 sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero, probablemente el personaje más tóxico y maléfico que ha dado el socialismo desde nuestra Guerra Civil. El artífice intelectual del retorno de las dos Españas, el arquitecto de la división social maniquea que nos lastra como nación, está detrás de todas y cada una de las estrategias del partido socialista para el aislamiento de los partidos de centroderecha, como si estuviéramos en julio de 1936, algo que impide que en nuestro país se puedan siquiera plantear soluciones sensatas y con un respaldo socialmente mayoritario como es la Grosse Koalition germana para garantizar la gobernanza desde una posición centrada, huyendo de los extremos.
ZP es, además, el ideólogo de la aproximación a las dictaduras comunistas americanas, a las que blanquea permanentemente, atreviéndose a proclamar al inefable Maduro como vencedor de unas elecciones que el resto del universo sabe que fueron amañadas.
Pues bien, este triste personaje es el que, en un acto del PSOE en noviembre de 2023, calificó al exsecretario de organización y presunto comisionista de “Súper Santos Cerdán”, después de haber hecho lo propio con Félix Bolaños, otro súper (vaya tela) a los ojos de Zapatero. Que Dios le conserve la vista y el olfato, porque el seso me temo que no tiene ya remedio.
