Ayer mismo escribí un artículo sobre la polémica entre Calvo y la concejala Joana Maria Borràs y califiqué de rara la postura de la alcaldesa. Este miércoles, Borrás anuncia que ella votará en función de lo que le dicte su conciencia en los plenos que restan hasta terminar la legislatura, mientras Calvo mantiene a la concejala rebelde con sus funciones en el gobierno municipal. Primero, Borrás debería marcharse a su casa y no amenazar con votar en contra del partido con el que se presentó a las elecciones. Esto se llama transfuguismo y no tiene ninguna justificación, pero si Calvo tiene un mínimo de decencia hoy mismo debería echar a Borrás del gobierno municipal. Total, Calvo está en minoría y un voto menos tampoco le va a salvar la papeleta lo que resta de legislatura. Si realmente Calvo es como nos la han querido vender -una demócrata intachable- toca mover ficha y no consentir que una concejala resentida por no repetir en las listas pueda hacer lo que quiera en los plenos. ¿O acaso Calvo mantiene a Borrás por algún motivo inconfesable?





