La entrevista al candidato de El PI a la alcaldía de Palma que ayer publicó mallorcadiario.com sin duda habrá satisfecho a todo el mundo. Al propio entrevistado, Toni Fuster, porque muy a conciencia evita desagradar a nadie, expresándose con un mensaje conciliador y moderado; al aún alcalde de Palma, Mateo Isern, porque recibir elogios es siempre grato sobre todo cuando uno ha sido objeto de repudio por parte de su propio partido son que las razones sean claras a ojos de la ciudadanía; y al Partido Popular porque les arma de razones en cuanto a no apoyar a Isern como su candidato para revalidar la alcaldía de la capital. Si Isern ofrece un perfil afín al PI, parece obvio que no mostraba un perfil propio del PP, lo cual determinó su exclusión como candidato.
Al margen de lo anterior, parece claro que los dirigentes del PI confían en sus posibilidades de ser determinantes a la hora de llegar a acuerdos post electorales y facilitar la formación de mayorías estables. Pero a nadie se le escapa la dificultad de obtener un buen resultado en la capital, territorio a priori bastante más hostil a la formación de Jaume Font que la Part Forana, donde su discurso regionalista cala más y mejor. Si El PI no logra convencer al electorado de Palma, es muy difícil que logre llegar al 5% de los votos requeridos para entrar en el Parlament. Consciente de este obstáculo, Toni Fuster se esfuerza por armar un discurso político amable y afín al pequeño comercio, donde espera conseguir la confianza de los votantes de centro derecha descontentos con el PP de José Ramón Bauzá. Veremos si lo consigue, porque otra legislatura del PI fuera de las principales instituciones, Cort, Consell y Parlament, por muchos regidores que consiga en los ayuntamientos, sería un fracaso estrepitoso difícil de digerir.
