El otorrino acusado de abusar sexualmente de 31 pacientes, una de ellas menor, fotografiarlas y grabarlas aprovechando la confianza que éstas depositaban en sus consultas, ha reconocido los hechos durante el juicio que se ha celebrado hoy en la Audiencia Provincial. El ha rebajado su petición de condena de 96 a 77 años de prisión tras alcanzar un acuerdo con las partes aunque el acusado tan solo cumplirá un máximo de cuatro años. El Ministerio Público ha pedido también para el acusado una multa de cuatro euros diarios durante doce meses y una indemnización para cada una de las víctimas de 3.000 euros. Tan solo una de las afectadas no ha aceptado la conformidad y exige una indemnización por responsabilidad civil más alta (30.000 euros) por daños morales. Javier P.O., que ha pedido perdón a sus víctimas, ejerció entre 2004 y 2008 de médico especialista en otorrinolaringología en una clínica de Palma donde conminaba a las pacientes que acudían a su consulta a que se desnudaran y se tumbaran en una camilla, donde les hacía que se pusieran unas gafas opacas a fin de que no pudieran ver nada y ocultando con ellas sus verdaderas intenciones. De este modo, con ánimo libidinoso y mediante actuaciones que no tenían ninguna finalidad médica el acusado les colocaba unos esparadrapos que les sujetaban los brazos y las piernas para dificultar su movilidad y cualquier oposición así como para disimular los tocamientos que ejercía sobre ellas, y que también les ponía debajo del sujetador, del pecho, en el pubis, las manos, la cadera, los tobillos, la espalda y encima de los glúteos. A continuación, el médico realizaba movimientos bruscos sobre las pacientes para lograr que las zonas íntimas quedaran al descubierto y poder así fotografiarlas y grabarlas.
