El anuncio del Govern, a través de la conselleria de Economía y Hacienda, de retirar la carrera profesional (CP) a los profesionales sanitarios solo puede ser considerado como una broma; una broma de mal gusto. Una broma de alto nivel, que no llega a inocentada porque ni estamos en diciembre, ni hoy es día 28.
Solo puede ser una broma que la nueva política tenga entre sus señas de identidad aplicar o retirar un concepto salarial a todo un colectivo, según el color político que conforma el gobierno y a ritmo de calendario electoral.
Solo puede ser una sarcástica broma que el nuevo gobierno, el que viene a regenerar nuestra sociedad, en este aspecto, entre a competir con los primeros cien días de la hacienda de Bauza-Aguiló y de la sanidad de Castro. Los mismos que informaron desde la ocurrencia, del irracional y, a la postre, frustado cierre de hospitales sociosanitarios Juan March y Hospital General. Los mismos que improvisaron una virtual reforma de Son Dureta. Los mismos que intentaron que los facultativos devolvieran una parte de su sueldo con el objetivo de poder denunciar a los cargos del pacto. Sorprende que compartan los mismos tics que los que se plantearon vender centros sanitarios públicos a empresas mercantiles. Asombra que se estrene con los mismos inputs que provocaron un impactante espectáculo liderado por pijos y desequilibrados, peleados con el sentido común, con gran potencia desestabilizadora y que terminaron a tortas con la mayoría de colectivos sanitarios.
Solo puede ser una broma que desde el propio Govern se dirija un misil a la línea de flotación de la propia consejería de salud al recortarle su autonomía y debilitándole en la acción de gobierno. El retroceso en el desarrollo de aspectos vinculados al compromiso con la organización, la evaluación del desempeño, la actividad asistencial, la participación en la docencia y en la investigación…, repercutan de una forma muy importante en los resultados del sistema sanitario. El equipo humano de salud tiene madera para gestionar su presupuesto sin ataduras y vincularlo a sus objetivos sin restricciones.
Solo puede ser una broma el intento de abortar uno de los principales pilares para la profesionalización de la administración sanitaria. La CP se aprobó hace más de una década, con el refrendo del parlamento de la nación, se desarrolló en el articulado de dos leyes básicas que conforman el “corpus legislativo sanitario” y se aplica con el beneplácito y aportaciones de todos los representantes sociales.
Solo puede ser una broma y una discriminación de alto calado que Baleares sea la única comunidad autónoma que siga sin el desarrollo ordinario de la CP sanitaria de todo el país. Y que esta, se añada a los recortes económicos aplicados a los profesionales sanitarios peor pagados de la unión europea.
Solo puede ser una broma la hipótesis de que los sanitarios son rehenes de la radicalidad de colectivos profesionales de otros ámbitos que actúan en formato revancha y con medidas de presión.
A la postre, un espectáculo poco edificante. Y de verdad, para bromas, preferimos las de buen gusto.
En la anterior legislatura, la mayoría de tripulantes directamente implicados en el naufragio colectivo intentaron rectificar el rumbo, en defensa propia, cuando ya era demasiado tarde. Cuando el pueblo ya tenía redactada su propia sentencia. Hay elementos para pensar que sus aberrantes aportaciones sanitarias contribuyeron de forma muy significativa al descontento ciudadano y al consiguiente siniestro total.
Buen finde.



