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Una legislatura de la conga a las glosas

martes 26 de marzo de 2019, 00:00h

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El Parlament balear ofrecerá este martes otra de las imágenes singulares que quedarán en el recuerdo de la legislatura que ahora acaba. El actual mandato de los diputados tuvo entre sus primeras fotos las del baile de la conga con la que los miembros del Pacte festejaron la derogación de la ley de símbolos. Hoy, la exhibición de 'xeremiers' y 'glosadors' en el Salón de Pasos Perdidos se promete como otro de los hitos festeros que la mayoría parlamentaria quiere dejar fijado en el imaginario de la legislatura. Se ha definido como un acto informal con mucha improvisación que, con toda seguridad, tendrá multitud de referencias políticas, y con la única duda sobre si las críticas alcanzarán a todos los grupos o sólo a unos cuantos.

Con glosas o sin ellas, la legislatura llega a su fin en un nuevo cambio de ciclo, con una doble convocatoria electoral en menos de un mes, ante un escenario donde los pronósticos son difíciles de realizar y con un horizonte de posibles pactos que ni siquiera los propios protagonistas son capaces de aventurar. El portavoz socialista, Andreu Alcover, afirmaba este lunes que Armengol "se merece seguir presidiendo el Govern cuatro años más" bajo la premisa de que ha sido un gobierno "sólido y estable", que ha cumplido "la inmensa mayoría" de los puntos de la investidura. En el lado opuesto, el presidente del PP balear, Biel Company, aseguraba que ha sido una "legislatura perdida" en la que no se ha notado que el Govern ha dispuesto de un presupuesto récord con más de 4.000 millones de euros. Por el contrario, para el popular, el legado que Armengol deja es de "más impuestos, más deuda y más déficit" .

La conga y las glosas pueden ser reivindicativas, festivas, justificativas..., pero no dejan de ser anécdotas para un álbum de fotos. Serán los ciudadanos quienes, el 26 de mayo, juzguen si la comunidad ha conseguido avanzar desde el 2015 y si afrontan el futuro mejor que hace cuatro años. Una vez emitido el veredicto de las urnas, serán los diferentes grupos los que deberán acordar una mayoría de gobierno, no sin debate ni sorpresas; conscientes, siempre, de que lo dicho en campaña puede verse modificado sensiblemente si lo que está en juego es alcanzar el poder. Nada que un buen baile no pueda arreglar.