Una de las estrofas de la canción “Volver”, una canción de tango compuesta en el año 1934 por el cantante y músico Carlos Gardel (1890-1935) y por el poeta Alfredo Le Pera (1900-1935) y que Gardel interpretó en la película “El día que me quieras”, filmada en el mes de enero de 1935, apenas meses antes de su muerte, dice así “Sentir que es un soplo la vida que veinte años no es nada”.
Si, como decía Gardel, veinte años no son nada, mucho menos lo es un año que es el tiempo que el pasado martes cumplió el emérito español huido a Abu Dabi, capital y sede del Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EUA) así como sede de la familia real emiratí.
La prensa del corazón no ha dejado pasar la ocasión para rememorar viejos tiempos en los que se peleaban para rendirle pleitesía y alabar todas y cada una de las ocurrencias que se le pasaban por la cabeza (y que la verdad sea dicha fueron muchas).
Así el periodista Jaime Peñafiel no ha desperdiciado la ocasión y ha soltado la siguiente frase: "Juan Carlos no ha cometido ningún delito, es un delito fiscal. Aceptar donaciones no es delito, aceptar comisiones, tampoco. Es delito si no lo declaras. Ahora la regularización que ha hecho ha sido de unos vuelos privados, por valor de 8 millones de euros. Eso tampoco es un delito”.
O sea que para esta sarta de lamedores de la que forma el señalado, el emérito sigue siendo un ángel.
La fortuna personal de Juan Carlos I es un patrimonio opaco y de origen incierto, y saber con certeza a cuánto asciende es un misterio. Desde su llegada al trono (al que llegó con una mano delante y otra detrás) y hasta el mes de marzo del año 2020, cuando su hijo le retiró la asignación, en medio de la polémica por sus oscuros negocios, ha venido recibiendo un sueldo con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. La última cantidad atribuida a Juan Carlos I se elevó a 2.300 millones de dólares, casi 2.000 millones de euros, según una estimación realizada en 2012 por The New York Times y a los que habría que sumar lo presuntamente trapicheado los últimos nueve años.
El diario llegó a esa cantidad tras hacer "un promedio de cifras ya publicadas". En ese artículo, el diario estadounidense subrayó que "sigue siendo un secreto" cómo Juan Carlos de Borbón "ha amasado su considerable riqueza personal", ¡con solo la asignación del Estado es absolutamente imposible amasar tamaña fortuna!
En 2002, la ya desaparecida revista Eurobusiness evaluó el patrimonio del emérito en casi 1.700 millones de euros: 545 de fortuna personal y 1.136 de bienes familiares.
En derecho todo es discutible, argumentable y defendible, aunque una amplia corriente de juristas sostiene que la inviolabilidad del rey únicamente le salvaguardaba de los tribunales por los actos relacionados con su labor institucional, pero no con los que llevase a cabo como ciudadano. La inviolabilidad no puede suponer impunidad.
Las actividades de Juan Carlos de Borbón han distado mucho de ser un comportamiento ejemplar, por eso, el Gobierno tiene que retirarle ya este título honorífico que le concedió en el año 2014 el Ejecutivo de M. Rajoy. ¿Capisci?