Zidanes y Pavones en el trabajo

A los Zidanes del mercado de trabajo, el SOIB les llama invisibles. Cuando Florentino acuñó la expresión, el actual entrenador del Real Madrid era uno de los seniors que aportaban experiencia y savoir faire en el terreno de juego. Ese temple contrastaba pero, a la vez, complementaba la fuerza y el impulso que aportaban los jóvenes, encarnados en la figura del canterano Pavón.

La convocatoria para incorporar a los mayores al mercado de trabajo se denomina “Convocatoria de Visibles”. Los parados de más de 45 años aparecen invisibles a la vista de los planes de los contratadores a pesar de estar en la plenitud de su carrera profesional.

El porcentaje de parados mayores de esa edad ronda el 37% de la totalidad de desempleados cuando hace diez años era del 23%, 14 puntos porcentuales menos. La crisis les ha hecho mella de manera importante. En Balears, el castigo ha sido peor: 17 puntos, desde el 18% de 2007 hasta el 35% del tercer trimestre del presente.

Mi reciente entrada en este segmento de edad me hace empatizar y defenderles con mayor ahínco. He podido comprobar la ilusión y dedicación de algunos afortunados que se han convertido en visibles tras la contratación de organismos acogidos a la subvención del SOIB.

Estos días he podido comprobar el buen saber hacer de un mayor de 45 años en la resolución de un problema con un papá muy enfadado que había difundido su enfado por redes sociales así como directamente a la central de la franquicia en la que cursaba su hija. La reunión con ese papá había sido desaconsejada por los más jóvenes por considerar que no tenía razón en sus reclamaciones. Desoyéndoles, el mayor de 45 solicitó un cara a cara con el papá cabreado. La consigna era apagar el fuego que tanto daño hacía a la marca y que presumiblemente, podría ejercer el efecto contagio a otros papás. La experiencia acumulada en situaciones de conflicto anteriores ayudaron a encontrar una solución rápida y efectiva, arrancando el compromiso del ofendido a cesar en su actitud hostil. La sorpresa vino cuando además, el papá envió un reconocimiento a la franquicia por la gestión del mayor de 45.

Parar el deterioro de una marca en un ámbito público tiene un valor económico. Si no que se lo pregunten a la empresa de ordenadores Dell cuando perdió gran parte de la facturación tras desoír las quejas del periodista Jeff Darvis en el caso conocido como “Dell Hell” No todos tienen la misma influencia que Jeff pero conviene escuchar las quejas de los clientes y saber actuar a tiempo.

La filosofía de Zidanes y Pavones o Cristianos y Asensios en versión actualizada, debería aplicarse en la empresa. El equilibrio se encuentra entre la experiencia de los mayores y la fuerza de los jóvenes. Eso sí, los mayores deben formarse y reciclar conocimientos técnicos adecuados a los tiempos que corren para no quedarse fuera del terreno de juego.

Si la ley de igualdad de género busca el equilibrio de oportunidades ofrecidas a hombres y mujeres tanto en el ámbito público y privado, sería deseable una ley que garantizara la coexistencia entre jóvenes y seniors. No es admisible la desprotección a la que se ven abocados los parados de más de 45 años, invisibles ante la demanda de trabajo. Máxime cuando les queda por delante una veintena de años hasta la jubilación.

Prescindir de la experiencia de los mayores es una pérdida muy valiosa para el empresario. Los invisibles necesitan un poco de luz para ser vistos. Y trabajo.