El Govern balear ha solicitado formalmente al Gobierno central la declaración de zona catastrófica para los municipios de Ibiza y Mallorca afectados por los recientes temporales. Se trata de una medida necesaria para activar los mecanismos de ayuda que permitan a los ciudadanos, empresas y administraciones locales comenzar a reparar los daños causados por unas lluvias y vientos excepcionales que han golpeado con las islas.
La declaración de zona catastrófica no solo facilita la compensación por pérdidas materiales, sino que permite el acceso a subvenciones directas y ayudas urgentes para infraestructuras, viviendas, locales comerciales y explotaciones agrícolas, elementos esenciales para garantizar que la vida de los afectados pueda volver a la normalidad en el menor tiempo posible.
La actuación del Ejecutivo central es, en este momento, determinante. Los temporales no pueden esperar a los plazos burocráticos ni a las dilatadas evaluaciones. Cada día de retraso se traduce en pérdidas mayores, en familias y negocios que ven cómo su patrimonio desaparece y en municipios que deben asumir costes que no pueden afrontar solos.
Los temporales no pueden esperar a los plazos burocráticos ni a las dilatadas evaluaciones
La ciudadanía balear espera del Estado un compromiso claro, rápido y efectivo: la aprobación inmediata de la declaración de zona catastrófica y la puesta a disposición de los recursos necesarios para que las ayudas lleguen sin dilación.
El Govern ha dado un paso firme, demostrando responsabilidad y sensibilidad hacia los damnificados. Ahora corresponde al Gobierno central cumplir con su deber y responder con eficacia institucional. La solidaridad con Baleares no puede limitarse a declaraciones públicas o estudios técnicos: requiere decisiones concretas, presupuesto real y coordinación con las administraciones insulares y locales para que los afectados puedan reconstruir sus hogares, sus negocios y su entorno sin demora.
Aplazar esta respuesta o dilatar los procedimientos equivaldría a abandonar a quienes más necesitan apoyo en estos momentos. La ciudadanía balear merece un Estado que actúe con rapidez y eficacia. Que la declaración de zona catastrófica sea aprobada cuanto antes y que las ayudas se materialicen sin excusas ni retrasos. Las islas han sufrido el golpe de la naturaleza; el Estado no puede permitirse fallar en la respuesta.





