Josep Lluis Carod-Rovira (Cambrils, 1952), expresidente de Esquerra Republicana y exconseller en cap de Catalunya, ha presentado en Palma su libro "2014", donde desarrolla los motivos por los que el Principado debe convertirse en Estado independiente. Gran enamorado de Mallorca, considera que "Balears tiene más motivos que Catalunya para exigir la independencia". En la actualidad, ya fuera de la política activa y del partido, dirige la cátedra de Diversidad Social de la Universidad Pompeu Fabra.
-¿Cómo analiza el actual proceso soberanista en Catalunya?
-El proceso catalán se está desarrollando entre una gran ilusión política con el apoyo de la mayoría de la sociedad. Es el deseo de poder vivir un futuro en libertad. Desde un punto de vista personal no ocultaré mi alegría porque llevo mucho tiempo defendiendo que el 2014 sería clave en este proceso. Las predicciones se están cumpliendo.
-¿De qué manera puede llevarse a la práctica este proceso?
-Está prevista la consulta para el 9 de noviembre. Todos vemos que Madrid no lo aceptará. Pero el que no puede impedir Madrid es la convocatoria de elecciones de carácter plebiscitario con un programa claro de ir hacia la independencia. Este nuevo Govern sí que estará legitimado para convocar el referéndum. Considero que tiene que se un Govern fuerte, de concentración, que agrupe a las diferentes fuerza soberanistas.
-¿Cree que tal proceso puede ser pacífico?
-Estoy seguro de que así será. Muchos países dependientes de la Corona española consiguieron la independencia en el pasado. ¿Porqué no nosotros?
-No ocurrió lo mismo en las declaraciones de independencia en América. Hubo violencia en la mayoría de los casos...
-No estamos en el siglo XIX. Nos encontramos en el XXI y en plena Unión Europea. En este contexto resulta impensable que se produzcan actitudes que no sean democráticas. La Unión no lo consentiría.
-¿Piensa que en este contexto es posible conseguir la independencia sin apoyo internacional? Cuba y Filipinas, por ejemplo, lo consiguieron gracias a los Estados Unidos...
-No diré nombres de naciones, pero estoy convencido que a algunos les interesa y mucho una situación de equilibrio político en la Península Ibérica, sin la preponderancia de un Estado sobre los otros, el cual ejerce presiones sobre algún pequeño territorio que no es español. Considero que a otros países europeos también les puede parecer muy bien que en la Península haya un Estado con vigor económico propio. España es receptora de ayudas comunitarias, no donante. Lo que quiere la Unión Europea es empuje. Por otra parte, también hay Estados próximos, situados al sur, que no forman parte de la Unión, que también verían con buenos ojos un mayor equilibrio peninsular.
-¿Cree que los partidarios de la independencia han creado el suficiente clima internacional para encontrar apoyos?
-Cuando estuve en el Govern de la Generalitat trabajamos mucho en este aspecto. Abrimos oficinas en numerosos países. Establecimos relaciones comerciales y culturales y dimos a conocer la realidad catalana. Se han dado pasos importantes. Son muchos los que ahora comprenden nuestra realidad y situación.
-El proceso de independencia generará problemas muy importantes...
-Por supuesto, y habrá que solventarlos. Lo veremos en materia energética, en comunicaciones, en seguridad, en los importantes aspectos de los servicios de inteligencia y contrainteligencia. Hemos de estar preparados para asumir todos los retos que tenemos delante.
-¿Cómo ve el posicionamiento balear ante el proceso en Catalunya?
-Balears tiene más motivos que Catalunya para exigir la independencia. El expolio que padece desde hace décadas es superior al catalán. Se llevan muchísimo más dinero del que aportan. En Balears el poder central hace lo que quiere. Lo estamos viendo ahora con las prospecciones pretrolíferas en el Mar Balear. Las decisiones se toman muy lejos de las Islas, en Madrid y al servicio de grandes intereses. Si alguien se cree que la dirección política isleña se decide en una farmacia de Marratxí está muy equivocado.
-Caso de conseguir Catalunya la independencia, ¿cuáles serían sus relaciones con Balears?
-Serían muy semejantes a los territorios húngaros que en la actualidad forman parte de los Estados de Eslovaquia o Rumanía. O las de los irlandeses del Ulster respecto a la República de Irlanda. Todo eso ya está regulado jurídicamente. Los baleares tendrían derecho a la nacionalidad catalana si lo solicitasen. No podrían votar en Catalunya al formar parte de otro Estado, pero sí se les reconocería el derecho a ser elegidos en el Principado. Cualquier balear que adquiriese la nacionalidad catalana podría presentarse a unas elecciones en Catalunya. Además, permanecerían vivos los grandes lazos idiomáticos y culturales que nos unen, pero siempre desde el respeto a que sea el pueblo balear el que decida su futuro. Cataluña ha de tener siempre un trato de estricta igualdad con los baleares.