Se acerca la maratón de cenas y copas navideñas con los compañeros de trabajo con sus correspondientes fotos de algunos perdiendo los papeles. Un año más. Sin embargo, estas Navidades los protagonistas ya no serán los de la corbata atada a la cabeza ni las que terminan con el espumillón al cuello... La verdadera estrella del día después será él: el Pequeño Nicolás.
