Sanidad | Crónica de una estancia en el hospital de referencia

Son Espases, “el mundo del no hay”

“El mundo del no hay” es la experiencia de una estancia en el Hospital de Son Espases, la frase que le contestó una enfermera a la hermana de la persona que cuenta lo sucedido durante varios días en el centro de referencia y que, según sus propias palabras, ha sido un auténtico “Vía Crucis”, en el que se han puesto de manifiesto todas las deficiencias del hospital. Y es que, ella misma reconoce que, aunque le gustaría resumir lo ocurrido, le va a ser “muy difícil”, pero si algo tiene claro que es que “los principios de este hospital se incumplieron de forma sistemática los días de estancia de mi hermana”. Estos principios, como ella misma apunta, están recogidos en la web oficial del hospital, en la que “las prioridades marcadas, después de estudios de profesionales son 5: puntualidad; respetar la intimidad del paciente; ofrecer una acogida amable a todos los pacientes; evitar colas, y mantener el orden y la limpieza”. La historia se inicia a las 10 de la mañana de un viernes, cuando llega con su hermana a urgencias, por una pancreatitis. “Fuimos atendidas a las 16 horas. La orden fue de ingreso inmediato”. Y a partir de aquí se suceden los problemas. “Como no había camas disponibles, porque camas había muchas, pero había zonas cerradas por falta de personal, pusieron a mi hermana en la surrealista zona de “Observación”, zona ésta que se supone para estancias de 6 horas máximo. Mi hermana estuvo 3 días, en los que voy a centrarme, dejando los siguientes para otro escrito”, afirma. Y es que, “en teoría es una zona para 8 camas y eran 28 las camas que conté. Como no cabían estaban apretadas unas con otras, hombres y mujeres revueltos”, por lo que “si quieres asearte u otra cosa, tienes dos opciones, o lo haces delante de tus compañeros de al lado, a la vista de todos, porque, por no haber, no hay cortinas, o intentas ir al baño. Eso sí debes saber que para todo el mundo hay un solo baño, sin ducha”. Claro, que como puntualiza, “no es del todo cierto, con ducha, pero inhabilitada, porque la pendiente se hizo al revés, inundando la zona de ordenadores. El lavabo es minúsculo y no te permite asearte decentemente. Aseo que se limpia una vez al día y que debes ir sorteando lo que la gente que se supone enferma puede dejar fuera de su sitio”. CRISPACIÓN Esta situación se agrava porque “los enfermeros están en un estado de crispación, por lo que el trato, en muchas ocasiones, no es precisamente amable. Muchos nos explicaron sus motivaciones de su parón de 4 horas, como protesta. Pero lo cierto es que en estas horas, mi hermana sufrió un ataque de ansiedad debido a que el dolor era tan fuerte que sufría debido a la pancreatitis”. “Como no hubo en esos días ningún médico especialista, la mantuvieron con analgésicos, recetados por una doctora, que le dejó claro a mi hermana, que lo mejor si no le gustaba las condiciones, es que pidiera el alta voluntaria”, continúa relatando. Fueron tres días en los que “tampoco pudo dormir, porque como el personal está tan crispado, los gritos y enfados entre ellos, eran un escándalo”. En cuanto a las visitas de familiares, tres veces al día, en las que, en teoría, los parientes pueden hablar con el médico, no fue posible, porque “lo intenté los tres días y tampoco tuve suerte. Parece que en fin de semana la dotación de guardia también era escasa”. Una situación que, no sólo incumple todos y cada uno de los principios del hospital, sino que “es totalmente vergonzosa”.

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