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Un conocido me preguntó: ¿Qué espectáculo es el que te interesa más en el mundo físico, en la sociedad humana? ¿El mar? ¿los bosques? ¿La montaña? ¿Las grandes ciudades? ¿Las enormes fábricas, en que el trabajo afanoso, incesante, impone a la materia las más admirables transformaciones? ¿Qué espectáculo te interesa
He pasado unos días en Barcelona, la llamada Ciudad Condal, en clara referencia a su pasado. En estos momentos, Barcelona se ha convertido en una especie de parque temático para “guiris”, es decir, para toda clase de bárbaros en su acepción más literal. Desde hace un tiempo, la ciudad vive,
El domingo pasado me encontraba en la terraza, con unos amigos, zampándome, zampándonos, una suculenta cazuela de pescado. Ambiente agradable, ligera brisa marinera, y muy buena compañía. En esas que, en mitad del ágape dominical, aparece una bestia bárbara, un insecto doméstico, una abeja. Lo tuve claro inmediatamente: se trataba
Soy un apasionado de los pasatiempos, en especial los crucigramas. Desde muy jovencito, mi progenitor me educó en el arte de la reflexión a base de la búsqueda de palabras, la relación entre ellas y el ingenio que se consigue a través del tesón y del esfuerzo mental. Rellenar esas
Los humanos, principalmente los urbanos, vamos por el mundo conversando con el prójimo, hablando con otros transeúntes o, simplemente, contando intimidades a través de un teléfono móvil. Y suponemos que siempre estamos solos; como si no existieran terceras personas. Pues bien, yo conozco a una de esas escasas terceras
Corría el año 1964: sonaban “Si yo tuviera una escoba” y “La chica ye-ye”; se estrenaba “Franco ese hombre y moría “Tarzán”; se introducía la minifalda, mientras que el Real Madrid ganaba la liga; se inauguraba Prado del Rey i TVE (una, grande y poco libre) y emitían “Los
Harto ya de tantas patrañas ancestrales e indignado por la incultura universal, me atrevo a desmantelar un par de falacias de una magnitud inexorable: la primera de ellas se refiere al firmamento. Ya va siendo hora de sentar cabeza y desmentir un hecho que, de tanta reiteración, se ha querido,
El te es una bebida muy hermosa. Ya entiendo que adjudicar un adjetivo tan marcadamente de signo estético a una bebida y añadirle, además, un adverbio de cantidad, puede resultar excesivo, pero no me parece del todo inadecuado. Este brebaje ancestral convive, desde casi siempre, con el vocablo “civilización”. Evidentemente
Desde siempre, me he considerado un apasionado visitante de las llamadas librerías de “viejo”, establecimientos donde –como su nombre indica a la perfección- se compran y venden volúmenes previamente usados. En este tipo de locales comerciales-culturales no se suelen encontrar peregrinas rarezas bibliográficas, pero sí muestras curiosas, interesantes y, sobretodo,
Al aburrimiento se accede a través de dos caminos: uno, colectivo, plural; el otro, solitario, singular. Las personas –atendiendo a los diversos caracteres que las configuran- tienden a escoger una de las dos vías. Una parte de la población no se aburre jamás cuando va en grupo, sea en la
Un estudio reciente de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, publicado por los prestigiosos doctores Karl Shneiderhan y Wolfgang Wassel, demuestra, claramente, que los súbditos de Su Majestad la Reina de Inglaterra, son los peores bebedores de Europa, superando a los propios alemanes. Se entiende que el trabajo científico se
Suelo empezar la lectura de los libros por el final, es decir, por el epílogo. Es ahí donde el autor –finalizado su trabajo- se redime a través del cierre de su obra y, por lo tanto, utiliza toda su capacidad mental con tal de dar su último toque que, naturalmente,