El viaje a ninguna parte emprendido por el Govern y el Parlament de la Generalitat de Cataluña está dejando un reguero de odio que será difícil de erradicar.
A Puigdemont y a Junqueras lo que menos le interesa es la gente en sí, sino más bien mantener sus sueldos y vidas opulentas, provocando que se creen conflictos entre hermanos y familias para conseguir sus objetivos egoístas y sin que nadie ponga en duda ni sus métodos ni sus acciones.
A base de mentiras, tergiversaciones, medias verdades, y de forma harto cobarde tanto uno como el otro (Puigdemont y Junqueras) y toda su cohorte anterior y actual de vividores de la política están provocando una división en la población catalana, principalmente, y un aumento de la violencia callejera que recuerda pasadas épocas que ya creíamos abandonada.
Cada vez que les oigo relamerse y aplaudirse por la cantidad de gente que sacan en procesión identitaria a la calle no puedo dejar de pensar en las grandes manifestaciones callejeras que acompañaron al general Franco, a Mussolini y al propio Hitler, o las que se producen actualmente, en cantidades ya diría que industriales, en dos países tan lejanos uno del otro como Corea del Norte y Venezuela, ambos gobernados por dos personajes de pandereta muy parecidos, yo diría que clonados a los dos que ya he nombrado. Pero no quedan aquí las comparaciones, volviendo a España, hemos de recordar que el antecedente más cercano que tenemos de las referencias a las calles es el del ya fallecido Manuel Fraga Iribarne, ministro del dictador y después travestido en demócrata, fundador del actual partido Popular, que convirtió en famosa su frase de “la calle es mía” en el año 1976 durante su etapa de ministro de la Gobernación, equivalente al actual ministro de Interior. La pronunció por primera vez avisando a los trabajadores de que no les permitiría manifestarse el Primero de Mayo. La calle fue suya y de “los grises” de entonces, policía nacional.
Recordemos que ese mismo año la policía nacional mató a tiros a cinco obreros cuando salían de la iglesia de San Francisco de Asís en Vitoria e hirió a más de un centenar de personas. La calle seguía siendo suya.
Sobre todo Oriol Junqueras es un embustero y un cobarde por la tergiversación que hace de la historia, agravado porque es historiador de profesión y porque no ha tenido el valor suficiente para enfrentar las decisiones de su cargo en solitario y ha amenazado con no seguir su alocada hoja de ruta sino era firmando todo el gobierno en pleno para escudarse y esconderse detrás del grupo como buen cobarde que es y al que hace tiempo sigo sus cobardes reacciones, así este mismo mes de septiembre del año 2015, hace justamente dos años, publiqué tres artículos con el genérico nombre de “Dar lecciones” en los que textualmente decía, hablando de la corrupción en Cataluña:
“Ni Oriol Junqueras, ni nadie de ERC, ha pedido nunca perdón por los escándalos que han sacudido su partido, y de los que seguiremos hablando”, para continuar diciendo, “Como se ve, representantes de ERC han causado enormes daños, hasta presuntamente un suicidio, por abusar de niños. ERC no los ha condenado nunca explícitamente”.
A Puigdemont a diferencia de Junqueras, hay que alabarle que una persona sin preparación académica, sin el más mínimo interés como persona, haya logrado sobrevivir, siempre cobrando de dinero público, hasta llegar a President, así le va a Cataluña con este par de mendas al frente de su Govern.
No quiero terminar, por hoy, el que avisa no es traidor, quiero citar tres cosas, primero a un tuit que se pasea por las redes sociales en el que un atleta (¡ bueno por cierto!) realiza una carrera de obstáculos en referencia a los obstáculos que tiene el ilegal referendum catalán, pero ojo al dato, como decía José Maria Garcia, periodista deportivo español, el referido atleta viste una camiseta del Real Madrid y el nombre en la espalda de Cristiano Ronaldo, ¡hay que ser burros!, segundo preguntar a los ideólogos del proceso ¿quién va a parar la creciente violencia de los cachorros de la CUP?, ¿hasta dónde llegarán con su Kale Borroka made in Cataluña?, ¿quién parara la violencia caso de que salga el NO?, abierta la caja de los truenos, ¿quién los va a parar?, ¿quién responderá cuando haya heridos? y ¿si hay algún asesinado? y tercero recordar que en junio del año 2013 el líder de ERC, Oriol Junqueras, aseguró que si su partido lograba una eventual mayoría absoluta en el Parlament proclamaría la independencia de Catalunya: "Dadme 68 diputados y proclamo la independencia", dijo, además de cobarde, bocazas.