En Més hay una batalla declarada entre los dos sectores predominantes: el sector más izquierdista y el sector más nacionalista. Desde que en las últimas elecciones generales del 26 de junio, en Més se presentasen coaligados con Podem Illes Balears (con un decepcionante resultado que muchos achacaron a la oposición de una parte importante de los militantes y simpatizantes a ir de la mano con un partido de ámbito nacional bajo la disciplina de Madrid, al margen de la posición en la lista del candidato Antoni Verger), el sector más izquierdista y más pro-Podemos ha lanzado duros ataques a dirigentes de la formación que muestran un perfil más nacionalista. De este modo Podemos se está intentando merendar a Més.
El pasado martes dos diputados de Més, Antoni Reus y David Abril, criticaban abierta y públicamente al coordinador general de Més per Mallorca, Biel Barceló, quien además es vicepresidente del Govern y conseller de Turismo. Barceló no se muestra tan sectario y radical como los diputados de Podem y algunos de los de su propio grupo quisieran. Seguramente sea porque Barceló siempre ha sido un hombre de país, más integrado en el área soberanista y alejado de posiciones extremas.
Podemos se está intentando merendar a Més
Barceló sabe que nadie en su sano juicio y con responsabilidades de gobierno puede jugar diariamente a criminalizar el principal motor productivo de Balears y sustento económico de miles de ciudadanos, cosa que cotidianamente hace Podem y su portavoz parlamentaria, Laura Camargo, imbuida de un mesianismo preocupante y desde posiciones ideológicas estalinistas. Su odio africano al turismo en general y a los hoteleros en particular, no encuentra en Biel Barceló el ariete que ella desea porque él tiene responsabilidad ejecutiva y actúa en clave de país, viste de traje y no demoniza a los hoteleros, pues él tiene vínculos familiares con una familia importante de empresarios del sector y conoce perfectamente que no se puede actuar con la radicalidad y la irresponsabilidad que los comunistas exigen, porque las consecuencias serían catastróficas.
Barceló carece del grado de sectarismo que a algunos desearían, de ahí que sea capaz de contratar a una empresa por el trabajo que es capaz de hacer y no por la afiliación política presente o pasada de su propietario, ni tampoco por su proximidad ideológica, lo cual es algo que no todos pueden decir porque en IB3 se está viendo cómo el mayor mérito de algunos es justamente la cercanía política a Podem.
Los de Alberto Jarabo y Laura Camargo no consideran suficiente la implementación de la Ecotasa y consideran una traición la campaña a favor del turismo sostenible, gota que ha colmado el vaso de su paciencia porque ellos están en contra del turismo al que consideran siempre insostenible.
Una guerra que persigue que Més deje de ser un partido nacionalista y sea fagocitado por Podem
Además, Barceló atraviesa una situación personal novedosa y parece claro que tras esta etapa abandonará la primera línea política, lo que hace que sus rivales dentro de Més incrementen sus ataques, sobre todo los que se preparan para sucederle. Y además no le perdonan que colocara al frente de la Agència Balear de Turisme a Pere Muñoz, otra persona muy alejada de radicalismos y perfecta conocedora del mundo turístico empresarial. Esta designación es otra muestra de la capacidad de integración y moderación política de Barceló, ya que ambos fueron rivales políticos para liderar el PSM en Palma.
Esta guerra interna que se vive en Més y también los ataques de Podem al sector soberanista de Més para fagocitar a la formación heredera del PSM, está siendo contemplada desde la barrera y con gran regocijo por el PSIB, felices de ver a sus aliados políticos devorarse entre ellos, lo cual solo puede resultar de gran provecho para los socialistas.
Y por otro lado, el gran actor de lanzamiento de críticas al sector nacionalista de Més, Diario de Mallorca, consciente de su debilitamiento progresivo y de su permanente caída tanto de lectores como de ingresos publicitarios, no ha querido perder oportunidad de tomar partido sumándose a las hostilidades y participando en la cacería contra el editor de mallorcadiario.com, pues saben que la prensa en papel está afrontando una situación agónica y que el futuro está en los medios de comunicación digitales. Diario de Mallorca no iba a dejar pasar la ocasión de atacar de una forma barriobajera y con artes mafiosas a un competidor que al contrario de lo que le sucede a ellos, va para arriba y no en decadencia. El entusiasmo con el que han instigado y aplaudido el veto a un medio de comunicación pone en evidencia una naturaleza poco respetuosa con la libre competencia y la legalidad.
El conocimiento de todos estos elementos permite apreciar en su conjunto la guerra política en la que el grupo empresarial COM365 se ha visto inmersa: Una guerra que persigue que Més deje de ser un partido nacionalista y sea fagocitado por Podem en uno de sus innumerables marcas instrumentales de las que se aprovecha descaradamente para sus intereses políticos. Habrá que ver si la izquierda nacionalista de Balears aceptará dejar de ser nacionalista para ser un peón más de Pablo Iglesias.



