Los raptos de honradez de Aina Calvo, quien después de haber convivido inocentemente con UM durante tres años, sin siquiera sospechar que este partido había hecho de Emaya y del Imfof su cortijo, se rasga las vestiduras de que sugieran que ha tenido que ver con UM; la oferta perenne de pacto de Francesc Antich a su amada UM, que ratifica que el president es implacable con la corrupción; la declaración inequívoca de Melià y los suyos de que ellos no saben nada del pasado, que acaban de llegar, que están esperando que les expliquemos qué sucede aquí porque ellos son vírgenes; y la postura contundente del PSOE en el sentido de no querer ni oír hablar de UM, pese a tantas horas sentados juntos en la misma mesa del Consell de Govern. En apenas una semana hemos podido escuchar estos cuatro poderosos argumentos electorales esgrimidos por el PSOE y UM para hacer que el PP gane las elecciones; cuatro llamadas a votar a Bauzà, que debe de estar en el Caribe, tomando el sol, esperando que le llamen para comunicarle el resultado electoral. El PSOE y UM luchando por marcharse a casa, en el segundo caso con garantías de éxito. En cambio, Bauzà no nos ha dicho ni una palabra, no sabemos qué piensa de ningún tema, ni falta que hace. Sus rivales hablan por él. Nunca un candidato había necesitado tan poco para ganar las elecciones y nunca sus rivales habían organizado tamaño circo con el encomiable objetivo de que los manden a casa. No parece verdad. Nunca el PSOE ha tenido tanto mediocre junto. El PP tendría que subvencionarlos, cuidarlos, mimarlos. Es fantástico verlo.
