Si pudiéramos trazar una línea recta, unos 600 kilómetros separarían el Museo Arqueológico Nacional de un pueblo que se encuentra entre los aspirantes a ser reconocido como el centro de Mallorca. Hablo de Costitx. Y es que es en esta fantástica galería situada en la calle Serrano de Madrid, donde se encuentra expuesto uno de los hallazgos más importantes de la cultura talayótica mallorquina. Como habrán adivinado, me refiero als “Caps de Bou”, encontrados en el año 1895 en la finca de Son Corró.
A propósito del caso del traslado de las Obras de Sijena por una orden judicial aún sin firmeza, se ha abierto el debate de si los bienes patrimoniales deben de estar en el lugar donde fueron encontrados. Así pues, Alicante ya se ha apresurado a solicitar de nuevo un traslado, aunque sea temporal, de su famosísima Dama de Elche. Y también se está recordando estos días el caso de las tres cabezas de res de bronce que un día salieron de Mallorca, al parecer, para ya no volver.
Los “Caps de Bou” de Costitx no se salieron de la isla debido a una botín de guerra o a un expolio. Todo es mucho más sencillo. A falta de una ley sobre el patrimonio histórico que regulara la propiedad pública de los hallazgos arqueológicos, su propietario los vendió -malvendió a ojos actuales- por 3.500 pesetas. He intentado calcular cuánto supondría hoy esta cantidad, pero no existe estimación de inflación de tan atrás por parte del Instituto Nacional de Estadística. Lo más lejos que he podido calcular es desde 1960, y esta cantidad a día de hoy sería unos 70.000 euros, es decir, un precio irrisorio teniendo en cuenta su valor historicoartístico.
El hecho es que por más que se haya intentado parece que el deseo de que los “Caps de Bou” retornen a Mallorca es pura ilusión. Tuve ocasión, por razón de trabajo, de ser testimonio de una reunión que mantuvieron en marzo de 2005 la que era por entonces alcaldesa de Costitx y presidenta del Consell de Mallorca Maria Antònia Munar con el Director General de Bellas Artes y Bienes Julián Martínez. El motivo del encuentro era sólo uno, solicitar el retorno de estas tres valiosísimas piezas. La respuesta por parte del representante del Ministerio de Cultura fue taxativa: bajo ningún concepto los Caps de Bou dejarían de ser propiedad del Estado y de estar en Madrid, y sólo se dejó la puerta abierta a la cesión para alguna exposición temporal. Tres años más tarde, el que fuera senador autonómico Pere Sampol, presentó una moción en la Comisión de Cultura de la cámara alta, para solicitar la devolución. Todos los grupos votaron a favor menos el PSOE.
Y sin embargo, casi diez años después, no hemos hemos sido testigos ni de exposición temporal ni de cesión ni de traslado. Los Caps de Bou siguen imponentes en su llamativa situación en la planta 1 del reformado MAN, dedicada a la protohistoria. Curiosamente, si se entra en la web del museo www.man.es, se observa con rubor que los Caps de Bou que el Ministerio de Cultura no quiere ceder bajo ninguna circunstancia ni siquiera aparecen en la lista de “imprescindibles”, en cambio, sí que sale el Estendard de Pollentia, menos conocido y reivindicado.
Imagino que la posición del Ministerio de Cultura de negarse a ceder obras para exposiciones extraordinarias debe de ser aplaudida por el 52% de los lectores de mallorcadiario.com que están de acuerdo en que España sea un estado más centralizado. Sin embargo, y como no estoy aquí para contentar a nadie, diré que tampoco estaría tan mal que estas piezas de tanto calado cultural puedan ser disfrutadas, ni que sea temporalmente, en los lugares donde fueron encontradas.