El interés de Posibilitumm Business en los hoteles de Hotasa, entre ellos los de Baleares, se veía venir. Cualquiera que haya seguido la trayectoria del empresario valenciano Ángel de Cabo desde Teconsa o incluso antes podía imaginar que la mala situación de los establecimientos de Nueva Rumasa le atraería como la miel a las moscas. Es curiosa la figura de este ‘empresario por omisión’, que según sus críticos compra empresas punteras en dificultades exclusivamente para liquidarlas y según sus partidarios –y según él mismo- es un filántropo que se preocupa por los trabajadores. En el caso del Grupo Marsans, salvo los hoteles casi nada queda del ‘holding’ que Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual le “vendieron” en estado crítico en junio de 2010 a cambio de un precio simbólico y de hacerse con la deuda. A no ser que tengan tanta prisa como los “geos” por deshacerse de Marsans, los directivos de Hotasa harían bien en leer los autos judiciales de los administradores concursales del grupo turístico. Son contundentes a la hora de calificar su gestión de irresponsable y contraria a las más elementales normas de prudencia empresarial. Socios oportunistas los hay en muchas empresas, pero es difícil entender que con sus antecedentes siga consiguiendo contratos. Si logra el de Hotasa, habrá que quitarse el sombrero.
