En los últimos días, algunos episodios puntuales de averías en la red de SFM han copado titulares y generado cierto ruido en redes. Es comprensible: el transporte público es un servicio esencial y cualquier incidencia llama la atención. Pero no dejemos que lo anecdótico nos impida ver lo importante. Porque lo que está haciendo SFM por esta isla es digno de reconocimiento, no de sospecha.
Hoy en día, gracias al compromiso público, el tren en Mallorca es gratuito para miles de ciudadanos. Eso ha supuesto una transformación silenciosa pero profunda, más personas que nunca se mueven por la isla sin necesidad de coche. Jóvenes, trabajadores, mayores, estudiantes… El tren se ha convertido en un verdadero servicio social. Y como es lógico, ese incremento de usuarios ha tensionado la red. Más trenes, más frecuencia, más esfuerzo. Y, sin embargo, SFM sigue ahí, cumpliendo, sosteniendo día tras día la movilidad de Mallorca.
Es fácil criticar desde el teclado cuando hay una incidencia. Pero cuesta más reconocer que lo que tenemos una red ferroviaria pública, moderna y en expansión, es una herramienta imprescindible para la cohesión territorial y para nuestra economía. Sin tren, muchos pueblos quedarían desconectados. Sin tren, el comercio local pierde clientes. Sin tren, muchos trabajadores no llegarían a tiempo. La movilidad es un derecho, pero también es el oxígeno del pequeño comercio y de las ciudades vivas.
Por eso, no sólo hay que defender SFM, hay que apostar por su futuro. La ampliación de la línea hasta Alcúdia no es un capricho: es una necesidad estratégica. Alcúdia no puede seguir siendo un gran núcleo sin conexión ferroviaria. Un tren que llegue al norte potenciará el comercio, reducirá el tráfico rodado, y ofrecerá una alternativa limpia y eficiente para residentes y visitantes.
Cuidar de nuestro tren es cuidar de Mallorca. No lo olvidemos cuando la próxima avería vuelva a ser noticia. Lo importante es lo que mueve cada día, y lo que puede mover aún más si le damos el respaldo.
Un comentario
No me va eso de que sea gratuito. Y lo es para todos. Desde el que apenas tiene algo para comer al que tiene la nevera bien pertrechada y una cuenta corriente apañadita.
El tren debe ser de gratuidad para los primeros y de pago obligatorio para los segundos. Mediante bonos, tarjetas, cartillas o lo que sea.
Lo del gratis total, no existe. Todo cuesta dinero y los hay que incluso sin pagar se creen que todo les está permitido.
Yo uso poco el tren, pero cuando lo empleo tengo que pagar billete. Por supuesto.