El Grupo de Delitos Tecnológicos y Delincuencia Económica de la Policía Nacional tuvo conocimiento en el mes de diciembre del pasado año de una delito de estafa, en el cual se identificaron una serie de pagos en criptomonedas a una mujer. Los pagos estaban relacionados con una presunta estafa de falsa inversión en criptomonedas, de la cual era beneficiara en una de las cuentas que se había abierto a su nombre.
Posteriormente. el pasado mes de junio se recibió una segunda denuncia en la que la víctima manifestaba que unos supuestos bróker, con los que llevó acabo sus inversiones, le pusieron en contacto con una persona de la isla que podría ayudarle a iniciar el proceso de inversión en criptoactivos.
La investigación se centró, en primer lugar, en la trazabilidad de los fondos estafados en el entorno de criptomonedas. Las organizaciones criminales especializadas en este tipo de delitos mueven los fondos entre múltiples cuentas para dificultar el seguimiento de los mismos. De ese modo interponen muchas capas entre el origen de los fondos y su destino final.
Tras tener noticia de la segunda denuncia, la víctima proporcionó el contacto de la persona que la organización criminal le facilitó con el objetivo de ayudarle a dar los primeros pasos y poder transferir así los fondos a los estafadores. Siendo la participación de la mujer necesaria para que se llevara a cabo la estafa. Es a través de este contacto que se relacionan las dos denuncias y se procede a la detención de la mujer como presunta autora de un delito de estafa dando cuenta de todo ello a la Autoridad Judicial.
Indicar que en la investigación se constató que la detenida había sido también víctima en un primer momento, habiendo sido estafada con una falsa inversión. Tras la estafa, la organización criminal se puso en contacto con ella ofreciéndole la oportunidad de que captara a más inversores, supuestamente para obtener un beneficio económico por cada uno que consiguiera.
La investigación sigue abierta no descartándose nuevas detenciones