Cada universidad española tiene su propio sistema de elección y de concesión de los doctorados 'honoris causa', en el marco de su autonomía e independencia. En el caso concreto de la UIB, puede otorgar esa distinción a "personas relevantes" y que "destaquen" en determinados ámbitos.
Dichos ámbitos serían el campo de la investigación o la docencia, el terreno de las artes y de las letras o aquellas actividades que tengan una notable repercusión desde el punto de vista universitario en las facetas académica, científica, artística, cultural, tecnológica y social. Además, es un "mérito preferente" haber estado relacionado con la UIB, con la comunidad autónoma balear o con la cultura propia de las Islas.
El denominado 'Reglamento sobre la concesión de la distinción del título de doctor honoris causa', que fue aprobado en septiembre de 1998, aún no utilizaba el lenguaje inclusivo, por lo que empleaba siempre el masculino genérico —doctor 'honoris causa'— a lo largo de todo el texto, si bien implícitamente se entendía que podía haber también doctoras 'honoris causa' en la UIB.

PASO A PASO
Según el citado reglamento específico, los órganos de la UIB que estaban y siguen estando facultados para proponer el nombramiento de un doctor —o de una doctora— 'honoris causa' son los consejos de departamento, las juntas de facultad o escuela y el Consell Executiu.
Para presentar una propuesta son requisitos indispensables "una memoria razonada" que fundamente los méritos y circunstancias excepcionales que concurren en la persona candidata que justificarían la posible concesión del doctorado, así como también su "currículum" y "un mínimo de tres cartas de adhesión a la propuesta de tres doctores de prestigio relevante, o bien de tres ilustres expertos relacionados con la materia en la que el candidato ha destacado". Asimismo, debe presentarse, si procede, un escrito sobre la posible vinculación del candidato o de la candidata con la Universitat de les Illes Balears, que será valorada de manera favorable.
La moción de la persona candidata debe ir acompañada, además, del certificado del acta de la sesión del órgano colegiado proponente donde conste el voto favorable a la propuesta de "dos terceras partes de sus miembros", mientras que los votos negativos "no podrán superar el 10 por cien". Tanto en un caso como en otro, estos votos serán siempre secretos.

LÍMITES FIJADOS
El mencionado reglamento también establece que "un mismo órgano colegiado puede presentar un máximo de una propuesta por curso académico". En ese sentido, una vez que la persona escogida haya sido nombrada, "el órgano que ha presentado la propuesta no puede, salvo casos excepcionales, realizar ninguna otra propuesta hasta que hayan transcurrido tres años".
En este contexto, el órgano colegiado proponente elevará la propuesta de nombramiento de doctor o doctora 'honoris causa' al rector —o a la rectora— de la UIB, que enviará esta proposición al Consell Executiu para que evalúe si cumple con los requisitos establecidos.
En caso afirmativo, el Consell Executiu informará de la presentación de la proposición a la Junta de Govern en la primera sesión ordinaria que se convoque. En la misma sesión, se dará la palabra al representante del órgano colegiado proponente para que informe de los méritos y circunstancias del candidato o de la candidata en cuestión. Con posterioridad, en la siguiente sesión debe plantearse la votación del nombramiento de esa persona aspirante al doctorado 'honoris causa'.


VOTACIÓN FINAL
El 'Reglamento sobre la concesión de la distinción del título de doctor honoris causa' también determina que la Junta de Govern es el único órgano competente para el nombramiento del doctor o de la doctora 'honoris causa'. Para la aprobación del nombramiento, "se requerirá el voto favorable de las tres quintas partes de los miembros de la Junta de Govern".
Un dato muy relevante a tener en cuenta es que "no pueden nombrarse más de tres doctores 'honoris causa' por curso académico, salvo casos excepcionales". Esta excepcionalidad la establecerá la Junta de Govern, en votación secreta, a propuesta del Consell Executiu tras haber escuchado previamente el informe del órgano proponente.
El último paso de todo este largo proceso, que es la investidura en sí, "se realizará con motivo de la apertura del curso o en un acto solemne convocado expresamente a tal fin", con el más estricto protocolo académico ajustado a las costumbres y los usos universitarios. Por regla general, "el acto de investidura tendrá lugar en la sede de la UIB, salvo que por causas excepcionales el Consell Executiu establezca otra sede".
DESDE LOS SETENTA
El listado de doctores 'honoris causa' de la UIB se inició en los años setenta, con el nombramiento del escritor Camilo José Cela, el artista Joan Miró y el geólogo Guillem Colom. Ya en la década siguiente, obtuvieron ese reconocimiento el químico Ignacio Ribas, el filólogo Francesc de Borja Moll, el historiador Manuel Tuñón de Lara, el científico y humanista Josep Sureda, el hotelero Gabriel Escarrer, el político Fèlix Pons y el pintor Antoni Tàpies.

En los años noventa, el citado listado se ampliaría ya de forma significativa, con el científico Raymond Mildmay Wilson, el farmacéutico y empresario Fernando A. Rubió, el historiador Miquel Batllori, el médico Bernat Nadal, el poeta y traductor Marià Villangómez, el ex jefe de gobierno de Andorra Óscar Ribas o el ingeniero Felicià Fuster, que sería investido en la década siguiente.
Todavía en los años noventa, serían también escogidos el jurista Antoni Truyol, el filósofo y teólogo Raimon Panikkar, el científico Vinton Gray, el lulista Miquel Colom, el gramático Enric Valor, el filósofo Emilio Lledó, el filólogo e historiador Josep Massot, el abogado y ensayista Josep Melià, el especialista en turismo Jafar Jafari y, a título póstumo, el poeta Miquel Dolç y el orientalista Joan Mascaró.

EL SIGLO XXI
Habría que esperar hasta el siglo XXI para que hubiera en la UIB la primera doctora 'honoris causa', que fue la economista Nancy E. Bockstael, elegida en 2010. En años posteriores, llegaron los nombramientos de cuatro mujeres más, la cantautora Maria del Mar Bonet, la escritora Carme Riera, la geógrafa y pedagoga Pilar Benejam, y la periodista Helena Maleno.

Por lo que respecta a los hombres que fueron designados doctores 'honoris causa' en esa misma época, nos encontramos en la primera década del siglo XXI con el barítono Joan Pons, el artista Miquel Barceló, el filólogo Cesare Segre, el pedagogo y músico Antoni Martorell, el inmunólogo Jean Dausset, el biólogo Francisco J. Ayala, el poeta Josep Palau, el escritor Cristóbal Serra y el lingüista Antoni Badia.
Posteriormente, desde 2011 hasta ahora fueron reconocidos igualmente como doctores 'honoris causa' el divulgador científico Eduard Punset, el lulista Anthony Bonner, el dialectólogo Joan Veny, el economista Josep Lluís Sureda, el cirujano cardiovascular Oriol Bonnín, el economista Antoni Serra, el músico Jordi Savall, el ingeniero en computación Mateo Valero y, a título póstumo, el escritor Carlos Fuentes.
PLAN DE IGUALDAD
Con independencia de los criterios que ha seguido la UIB hasta hoy a la hora de nombrar a sus doctores y doctoras 'honoris causa', cabe recordar que en estos momentos está vigente el denominado tercer 'Plan de igualdad de la Universitat de les Illes Balears', ideado para el periodo 2023-2027, con el doctor Jaume Carot Giner como rector.
"Es probable que si Albert Einstein hubiera nacido mujer, hoy casi no nos sonaría su apellido, porque los méritos de sus estudios se los habría llevado un hombre. Un fenómeno tan común en la historia que incluso tiene nombre propio: es el efecto Matilda, que designa las injusticias cometidas sistemáticamente con las científicas. El ámbito de la ciencia sólo es un ejemplo más", expone el citado plan de igualdad en el apartado en el que se aboga por "visibilizar las aportaciones de las mujeres a la comunidad universitaria".
En ese mismo apartado, se señala que "la consecuencia directa de silenciar el trabajo de las mujeres tiene efectos en las generaciones futuras de niñas y jóvenes que crecen y se educan sin referentes femeninos en los libros de texto o en los libros de historia".
Seguro que estas y otras ajustadas consideraciones en esa misma línea serán tenidas en cuenta en la UIB cuando se planteen posibles nombres futuros como deseables y estimulantes 'honoris causa'.





