El dron acuático, 100 por cien eléctrico y con conectividad IoT, tiene capacidad para recolectar hasta 500 kilos de residuos al día —incluidos plásticos, hidrocarburos o metales— y podrá operar durante ocho horas seguidas con un alcance de 24 kilómetros. Estará en funcionamiento durante un mes, coincidiendo con el evento deportivo, que se celebra del 26 de julio al 2 de agosto.
Además de limpiar el mar, el dron utilizará sensores LiDAR y cámaras para mapear en 3D el entorno, evitando obstáculos y siguiendo rutas predefinidas. Toda la información recopilada será enviada en tiempo real a una plataforma digital, donde se analizará y procesará con inteligencia artificial, lo que permitirá mejorar la eficiencia del dispositivo y obtener informes sobre la calidad del agua.
ECONOMÍA CIRCULAR
El proyecto refuerza también el compromiso con la sostenibilidad y la economía circular. Los residuos recogidos serán clasificados por la empresa mallorquina TIRME, que evaluará su tipología y grado de degradación con el objetivo de reutilizarlos, reciclarlos o valorizarlos. Esta colaboración busca demostrar que es posible gestionar los residuos marinos de forma innovadora y con menor huella de carbono que los métodos tradicionales.
Como complemento al dron, el puerto contará también con un sensor de microplásticos desarrollado por el centro tecnológico Leitat, en el marco del proyecto europeo ILIAD. Este dispositivo, equipado con tecnologías ópticas, fotónicas e inteligencia artificial, permitirá identificar y cuantificar los microplásticos presentes en el agua con gran precisión.
UN MEDITERRÁNEO LIBRE DE PLÁSTICOS
El gerente del Real Club Náutico de Palma, Manu Fraga, ha subrayado el carácter transformador de la iniciativa: “Cada vez que zarpamos, recordamos que el mar no es solo nuestro campo de juego: es el hogar de una biodiversidad que debemos proteger. Con este dron eléctrico, demostramos que los clubes náuticos pueden ser motores de cambio”.
Por su parte, Kallitsa Georgiou, responsable de Nuevos Negocios de Telefónica Tech, ha destacado que el proyecto “pone en valor el potencial de la conectividad IoT en aplicaciones medioambientales y su capacidad para mejorar la eficiencia operativa”.
También Antonio Pons, director general de TIRME, ha valorado la iniciativa como “totalmente alineada con la estrategia de la empresa, por su carácter innovador y su apuesta por la economía circular”.