El president Antich ha dicho que si hay paro la culpa es del anterior Govern, el de Matas, por haber potenciado la construcción durante años. Antes la crisis y los parados estaban justificados por una crisis económica mundial, internacional, pero ahora ha salido el auténtico culpable: es Matas. Echar la culpa al contrario en política es una muestra de debilidad. Ha ocurrido algo similar con los controladores. El Gobierno de Zapatero ha justificado que el gabinete de Aznar dio demasiados privilegios a este colectivo y que por eso estamos ahora así, pero el caso de la construcción en Baleares es un asunto que conocemos mucho mejor y conviene hacer algunas precisiones. A Matas se le puede reprochar que impulsó muchas infraestructuras en una sola legislatura, la mayoría de ellas necesarias, y ante un déficit evidente, sobre todo en la red viaria. Ninguna de las autovías que se hicieron sobra en estos momentos, como tampoco podríamos prescindir ahora del desdoblamiento Palma-Manacor. Sin embargo, Antich olvida que la política urbanística se dirige desde el Consell de Mallorca, institución en la que ha gobernado UM en los últimos años, la mayoría de ellos con la izquierda. Si se ha permitido construir tanto, algo tendrá que ver el Consell. Antich también olvida que el GOB le despidió durante su primera legislatura con un pequeño muro de ladrillos en la puerta del Consolat. Por lo tanto, la versión de que estamos como estamos por culpa de Matas y su gobierno parece una excusa de mal pagador, de un político de bajo nivel que nunca asume su responsabilidad.
