España necesita gestionar, también la reducción del gasto. Aquí no se trata de cortar el grifo así como así, ante la primera partida. Vean un ejemplo totalmente demencial: hoy el diario El País publica que el Instituto de Estadística (INE) decidió no volver a hacer el censo que viene teniendo lugar desde 1857. ¿La razón? El precio es muy elevado. Un censo entrevista a cada uno de los españoles y eso tiene un coste elevado. Pero, la verdad, hasta los países más pobres del mundo mantienen este tipo de estudios porque su fiabilidad es absoluta. En cambio, el INE ha decidido reemplazarlo por una encuesta que, como todos sabemos tienen márgenes de error significativos. El censo se llevaba a cabo cada diez años y era absolutamente universal. ¿Es verdad que España no tiene dinero para las estadísticas? En realidad es una muestra de mala gestión, de duplicidades, de caos. Por ejemplo, Baleares tiene su instituto de estadística, como todas las autonomías. Con su presupuesto, con sus amigos, con sus editoriales, con sus colaboradores. El dinero que gasta Baleares hay que multiplicarlo por 17 porque todas las autonomías, como 'pequeños estados' que pretenden ser, tienen estos servicio que, naturalmente, se duplican con lo que hace el INE. Y, por eso, no tenemos dinero para hacer un censo como toca, como se ha hecho siempre, como es lógico y razonable. Los estudios que hacía el INE se plantean sobre el territorio, el cual siempre se solapa con el trabajo de otro instituto de estadística autonómico. Un caso de duplicidad indudable. Como sucede con la meteorología en Cataluña y Galicia o como con el Tránsito también en Cataluña. Duplicidades que después impiden llevar a cabo como corresponde el trabajo de investigación.





