Obviamente no me he desplazado de casa al despacho para hablarles de una magnífica que ya alcanza los doce años desde su estreno. Una película extraordinari en la que un logopeda avanzado a su tiempo logra hacer superar el Rey Jorge su tartamudez.
Hace unos días, la víspera de la Navidad, el Rey se dirigió a nosotros, la ciudadanía, para explicarnos un poco como ve la visión de España, del Mundo y el año próximo que estamos a punto de iniciar.
La Monarquía sino es desde la tradición o desde la historia no tiene argumento alguno que la sustente aunque en países de nuestro entorno se siga manteniendo la jefatura de Estado por razón de cuna y no de urna. Hay que decir que la influencia de uno u otro criterio de elección no influyen en que el país funcione mejor uno que otro. Es simplemente tradición e historia pues su labor, constitucionalmente hablando, es de pura representación.
La bondad y singularidad del discurso de Nochebuena del Rey radica en que el mismo se redacta en la propia Casa Real y no en las catacumbas de la Moncloa. El Rey goza de unos minutos de libertad para decir lo que piensa, sin excederse por supuesto.
Lo que hoy el otro día me gustó, me sonó bien, quizás por el hecho de que el Rey sea once meses más joven que yo, pertenezcamos a la misma generación y hayamos visto el transcurrir de la historia a la misma edad, él con muchas información obviamente, puede hacer que coincidamos en la visión del mundo.
Lo primero que les diré es que, sin hacerlo de manera expresa defendió el legado político de su Padre el Rey Emérito. El Rey Juan Carlos tiene una hoja de servicios para con España que es difícil, por no decir imposible de superar. Heredó todo el poder en España por vía de una instauración o restauración –hasta en eso existe un debate- del Dictador Franco y decidió abrir la mano y entregarnos ese poder a los ciudadanos, democracia media. Ese acto de generosidad de Juan Carlos para con los españoles nos ha dado el mayor período de paz, libertad y democracia de la historia de España, por mucho que les pese a algunos es así. Otra cuestión, que jamás sabremos a ciencia cierta es su enriquecimiento como comisionista o su papel de amante insaciable, esta última parte no me interesa lo más mínimo.
Pero lo que es su actuación como Rey y Jefe del Estado ha sido intachable, hasta el punto que el Rey Emérito pudo abdicar al coincidir dos políticos de talento, el premier Rajoy y el opositor Pérez Rubalcaba, para que las cosas se hiciesen bien. Ya les digo yo que si se hubiese tenido que hacer la abdicación siendo premier Sánchez, este, como en aquel besamanos, se hubiese intentado poner la corona el mismo inaugurando la dinastía de los Sánchez-Castejón.
El Rey, decía que defendió el legado de su padre, pero a la vez defendía los intereses de los españoles pues defendió la pervivencia de las instituciones; cosa que debido a la labor temeraria del gobierno de la Nación y sus frivolidades está muy en entredicho. Desde el gobierno quiere fusionar o fundir poderes y eso simplemente quiere decir menos libertad para los ciudadanos.
Si el premier Sánchez consultase con su conmilitón Almirante Hila sabría interpretar que el viento le viene de proa, hay que ceñir y hacer bordos para alcanzar el objetivo pero el ignorante premier está emproado y el viento le empuja y empuja hacia atrás cuando debería meter un poco de caña y en seguida arrancaría, pero saben el problema, es que el país no está a son de mar.
Preside la Internacional Socialista, ya tiene plan de huida para que cuando convoque elecciones para final del año próximo no presentarse, abandonar el primero el barco como las ratas después de la desarboladura que sufrirán en mayo. A veces la historia se repite y ahí tenemos la historia de Rodriguez Zapatero. Tenía también el viento de proa y abandonó como un púgil sonado antes de empezar el combate.
Afortunadamente la pesadilla se acaba, Madrid, Andalucía, Galicia y Castilla León no es casualidad es tendencia y el premier lo sabe. Caerá cual manzana madura por su nefasta gestión del covid y por haber arruinado y sangrado a impuestos a los ciudadanos, impuestos que nos cobra para después darnos cosas gratis. De vergüenza.
Aquí me despido de Vds. en este año. Espero que el próximo que está a la vuelta de la esquina sea infinitamente mejor que este, aunque de verdad no lo creo –Sánchez mediante- pero a su pesar como Nación le sobreviviremos y saldremos adelante. Feliz Año 2023.
