Dícese del médico que contratado por la gerencia de atención primaria, como médico eventual de refuerzo EAP, trabaja cinco horas al día, cobrando 9 euros la hora. Es decir 45 euros al día.
El Ib Salut , a través de su gerencia de Atención Primaria acaba de crear con premeditación pero sin alevosía, un nueva categoría laboral, en la cual se pateriza al médico de refuerzo, sin tener que cruzar, eso sí, el Estrecho de Gibraltar: el médico temporero sub-mileurista.
Bien, vayamos a los hechos: de todos es sabido el deterioro de la asistencia sanitaria en la atención primaria desde que se implantó por motivos políticos la prolongación vespertina del horario en los centros de Salut, sin los recursos humanos suficientes.
Es notorio y público, que tal medida, fue impuesta en contra del 80% de los coordinadores, que argumentaron que no era viable ni prudente por falta de sustitutos. Por otra parte es de dominio público que anticiparon las consecuencias de tal despropósito y el impacto negativo de tal medida, sobre todo en los meses veraniegos, que ¡oh casualidad! , es cuando se duplica la población de nuestra comunidad. Todos recordamos, fue muy mediático, el rechazo que tuvo la medida arbitraria de cesar al coordinador del centro de Andratx, como aviso a navegantes ante los coordinadores díscolos con las directrices de la gerencia.
Seguro que no saben, que hasta ahora, muchos de los coordinadores no han firmado el contrato de gestión anual que les oferta la gerencia porque no es realista ni congruente. Bien, es un hecho, que los profesionales ven el doble de sus cupos, que el burn out en la primaria es galopante, que se está obligando a los profesionales a trabajar en condiciones de riesgo que suponen una gran conflictividad ética, que no hay sustitutos para cualquier eventualidad, que los profesionales ven 45-50 en su horario, que ha aumentado la lista de espera en los centros de salut, que ha aumentado la lista de espera para pruebas diagnósticas complementarias, que ha aumentado la lista de espera en varias especialidades, que ha mermado la capacidad resolutiva en la atención primaria, que hay cerradas unidades de salut básicas en la part forana y que hay un día sí y otro también descubiertos en los pacs móviles.
Negar la realidad no sirve de nada y mirar para otro lado tampoco.
Es triste pero la confianza de la mayor parte de los profesionales de la Atención Primaria en la actual Gerencia está en niveles muy bajos. Muchos profesionales sienten que su gerencia no es empática, no escucha, que se les desvaloriza y que se les maltrata.
Pero lo más sangrante es el modelo de contratación que la Gerencia realiza, en cuanto a los médicos de refuerzo. Es humillante y vergonzoso las retribuciones que estos medico reciben.
Es kakfiano, no hay sustitutos y a una parte de ellos se les proletariza con contratos basura y con sueldos misérrimos. ¿Trabajarían por 9 euros la hora el director asistencial y el gerente de Primaria? ¿Se sentirían valorados? ¿Es así como se dignifica la primaria? ¿Es sabedor el conseller de Trabajo de este modelo de contratación? ¿Es esta la ejemplaridad de la Administración Publica en cuanto a contrataciones dignas?
Dignificar a la Primaria pasa por un giro de 180 grados en la gestión, hay que recuperar la confianza de los coordinadores, hay que valorar a los profesionales, retribuir simétricamente a los médicos de la primaria con la especializada, generar un espacio donde no se generen dilemas éticos en la relación médico-paciente y empoderar a sus profesionales.
Y sobre todo acabar con la vergonzante y perversa practica actual de los médicos temporeros submileuristas.
La Primaria es un gran reto, una gran responsabilidad y un gran compromiso para todos. Valorarla y dignificarla son sus pilares. Precisa de recursos tanto humanos como presupuestarios. Hasta ahora el balance es manifiestamente mejorable..
Ahora bien según las estrategias y las directrices que se adopten puede también convertirse en un escenario donde las exigencias se canalicen no solo a través de la negociación sino de la confrontación. Está en juego la calidad asistencial que se merecen los ciudadanos y el respeto que se han ganado los profesionales.
Pero no se olviden aun, aquí y ahora que estamos en derrota transitoria.