La nueva zona destinada a los médicos de guardia de Son Llàtzer es poco más que un cuchitril, o al menos eso es lo que parece tras salir la licitación de la obra. La cuestión es que a esta dependencia no es posible acceder al exterior para ventilar o dar iluminación natural, ya que a un lado se encuentra el pasillo principal y al otro los vestuarios de quirófano, sin acceso, siquiera, a un patio exterior. Pero, hay más, a los dormitorios se accede desde el pasillo principal, y carecen de ventanas, dado que se sustituye la que da al pasillo por una puerta para crear baños en la zona marcada como vestíbulo. Vamos, que aquello va a ser peor que los dormitorios de los cuarteles, cuando la mili era obligatoria. Ni los ambientadores más potentes van a conseguir acabar con el perfume “a humanidad” que va a inundar las fosas nasales de los médicos de guardia. Aunque tal vez la cuestión es otra y es que el Ib-Salut no quiere que los facultativos se echen un sueñecito, por eso les prepara un lugar de lo más “acogedor” y perfumado posible.





