Solo cabe calificar de delirio la reivindicación de la CUP de celebrar un referéndum de autodeterminación en el conjunto de lo que ellos denominan Països Catalans, extendiendo así el que se pretende celebrar el 1º de octubre en Catalunya, por más que ha sido calificado de ilegal por el Tribunal Constitucional y que la Fiscalía persigue su celebración e incluso sus preparativos.
La CUP convocó actos en Barcelona, Palma, Perpinyà y Valencia, reivindicando a través de la lectura de un manifiesto titulado de forma elocuente “El nostre horitzó, Països Catalans”. Anna Gabriel, la portavoz de la formación independentista en el Parlament de Catalunya, siempre se ha expresado en el sentido de defender los Països Catalans y así lo hizo la pasada semana en el pleno que debatió la ley del Referéndum. En este sentido, nadie puede llamarse a sorpresa por la posición política de la CUP, perfectamente legítima si tal aspiración se ajustase a los procedimientos legales establecidos, lo cual no ocurre.
Además, siendo dudoso el apoyo social que dichos Països Catalans tengan en Catalunya, es innegable que en la Comunidad Valenciana y Balears, la demanda social es apenas perceptible y muy residual como demuestra la escasa afluencia de partidarios en los actos que convocan en ese sentido. Así, es absolutamente increíble que se pretenda extender un referéndum a otros territorios que jamás han manifestado inquietudes por formar parte de un eventual ente político catalán.






