Entre los 6.000 ‘indignados’ que se manifestaron ayer en Palma contra el pacto del euro seguramente había muchos que habían votado lo contrario en el referéndum en el que le dimos un apoyo mayoritario y cuyas consecuencias estamos viviendo ahora. Y no me refiero a los jóvenes, porque a la gran mayoría les ha importando tan poco la política hasta ahora que seguramente desconocen este hecho, como desconocen que fuimos de los primeros en apoyar una política que no suponía otra cosa que dejar que Europa decidiese por nosotros, pues ahí está, ya deciden por nosotros con nuestro beneplácito. Mientras, oigo hablar de huelga general como una de las soluciones a los males que aquejan a nuestra economía, una medida que Grecia, si no voy equivocada, ha adoptado ya en tres ocasiones y cada vez están peor. Sin negar en absoluto las razones para salir a la calle, indignarse y exigir soluciones, lo que está claro es que estas propuestas denotan, una vez más, una gran falta de conocimiento y un enorme desinterés, hasta hace muy poco, por la situación real de nuestro país y por las decisiones que nosotros mismos hemos tomado.



