El principal motivo de sanción sigue siendo la incorrecta gestión de los residuos domésticos. Las denuncias por basuras depositadas fuera del contenedor o en la vía pública ascienden a 193 casos, mientras que las infracciones relacionadas con cajas de cartón —por dejarlas fuera de horario o mezclarlas con otros residuos— suman 135.
También se registran 128 denuncias por tirar papeles, plásticos, colillas o cristales en la calle y otras 28 sanciones por verter agua en la vía pública, una práctica prohibida.
Entre las conductas incívicas más frecuentes figuran además las 124 sanciones por orinar, escupir o defecar en la vía pública, consideradas leves pero que pueden acarrear multas de hasta 750 euros.
Las faltas graves, con sanciones de hasta 1.500 euros, incluyen casos como el abandono de vehículos, la suciedad generada por talleres o vertidos de aceite, y el depósito de mobiliario, herramientas o restos de obra en la calle, que suman 43 denuncias.
En el nivel más alto de gravedad, Emaya ha contabilizado 15 infracciones muy graves por impedir los servicios de limpieza, que pueden suponer sanciones de hasta 3.000 euros.
La empresa pública municipal recuerda que la ordenanza municipal de limpieza busca garantizar una ciudad más limpia y sostenible, y apela a la colaboración ciudadana para mantener el espacio público en buen estado. Además, insiste en que el incumplimiento de las normas “no solo deteriora la imagen de Palma, sino que también incrementa los costes del servicio que pagan todos los vecinos”.







