Es conveniente hacer una lectura en clave de partido de la reunión de cargos públicos de Més per Mallorca, esta semana en el Santuari de Cura. En clave de partido y en clave de Pacte de Govern.
Tanto en las declaraciones posteriores de los asistentes como en el propio comunicado oficial de la formación, se anuncia a las claras que Més per Mallorca iniciará en breve su propia campaña mirando a las elecciones autonómicas de 2019. Més marcará territorio y, ya verán ustedes, publicitará una ostensible distancia respecto de sus socios del Pacte, el PSIB de Francina Armengol.
O por potencia de la presidencia o por despistes del área econacionalista, lo cierto es que en Més son muchos los que ven que el pez grande, poco a poco, se va comiendo al pez chico. Y a la espera de los despojos están Jarabo, Camargo y compañía. Como harían las hienas.
Lo que se intuye que va a suceder ya lo hemos vivido con todos los Pactos de Govern en Balears. Volverán los reinos de taifas, las intoxicaciones, la información que no se comparte, y el 'marcar paquete'.
¿Hacemos memoria?. El Pacte de 1.999 saltó por los aires cuando se supo lo mal que se llevaban Pere Sampol (PSM) y el tándem Bayona-Antich (PSIB). El de 2.007 murió con la expulsión de Unió Mallorquina, pero el antes llamado BLOC y el PSIB empezaron y acabaron la legislatura compitiendo. Así les fue en 2.011.
Este Govern de 2+1 formado tras los 4 años de Bauzá llegó anunciando que los errores del pasado no se repetirían. Ahora los anuncian públicamente. Es lo que tienen los gobiernos multipartido.
Conviene coger la silla del salón, sacarla a la acera y sentarse a ver el desfile. Estén atentos porque al mismo tiempo verán cómo en Més se comen los unos a los otros para sustituir a Biel Barceló.



