El caso Minerval ha dado un vuelco. Una instrucción judicial firme y rápida a sobreseído la denuncia en la que estaban involucrados los profesores de la UIB Pablo Escribá y Xavier Busquets.
El auto que da archivo a la denuncia afirma y argumenta que no se ha constatado delito en la venta del producto, en fase experimental, ácido 2-hidroxioleico. El expediente ha sido remitido a la Agencia Española del Medicamento para analizar la situación administrativa de una sustancia que se utiliza desde hace más de una década y de la que apenas se conocen publicaciones, algunas muy controvertidas, en humanos.
Un análisis cronológico de los hechos muestra como el cuerpo de la denuncia, curiosamente, se activó, de forma fulminante, la misma semana que se constituyó e hizo pública la Comisión Gestora de la Facultad de Medicina encargada del nombramiento de profesores y en la que de una u otra forma, denunciantes y denunciados, están implicados.
Dejamos el caso, en el que, aparentemente, se cruzan ambiciones, odios y pobres resultados, para más adelante. No ha hecho sino empezar.