La banda de narcotraficantes liderada por L.R.U., dueño de una franquicia de bares de tapas en Palma, ha aceptado este lunes un total de 37 años de cárcel, tras haber llegado a un acuerdo con el Ministerio Fiscal, que en su escrito inicial pedía una pena global para todos sus miembros de más de 100 años de prisión y multas millonarias.
Los 16 acusados presentes -menos uno que ha quedado absuelto- han reconocido ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma pertenecer a una banda que se dedicaba a la venta y distribución de hachís y cánnabis, tras introducirla por distintas vías, usando empresas de transporte principalmente, desde la Península a Mallorca.
El cabecilla de la organización ha aceptado finalmente una condena de cinco años y una multa de medio millón de euros -la Fiscalía le pedía 12 años y una multa de un millón-. El resto ha aceptado una penas que oscilan los dos años de cárcel y el medio millón de euros de multa para cada uno.
Entre las actuaciones policiales destacan los registros en varios de los domicilios de los encausados así como el del establecimiento propiedad del líder de la cabecilla, otro comercio y el decomiso de más de 300 kilogramos de droga.
