La gestión de Aena en el aeropuerto de Palma deja mucho que desear. Las obras de remodelación, que debían modernizar la principal puerta de entrada a Mallorca, se han convertido en un interminable proceso de molestias, retrasos y falta de información. El gestor aeroportuario ha admitido que los trabajos no concluirán hasta finales de 2026, un plazo excesivo que evidencia la falta de planificación y coordinación en una infraestructura esencial para la economía y la imagen de la isla.
El aeropuerto de Son Sant Joan no es solo un espacio de tránsito; es la primera impresión que reciben millones de visitantes cada año y una instalación de uso cotidiano para miles de residentes y trabajadores. Su funcionamiento fluido y seguro resulta determinante para el turismo, principal motor económico de Baleares, y para la movilidad de sus ciudadanos. Sin embargo, los usuarios conviven desde hace meses con pasillos provisionales, zonas cerradas, desvíos confusos y un entorno ruidoso y caótico que resta confort y eficiencia.
Preocupa la situación de los empleados que desarrollan su labor en un entorno en obras, con quejas reiteradas por deficiencias en seguridad y condiciones laborales
Más allá del impacto sobre los pasajeros, preocupa la situación de los empleados que desarrollan su labor en un entorno en obras, con quejas reiteradas por las deficiencias en seguridad y las condiciones laborales. Aena ha asegurado que se han subsanado las irregularidades detectadas, pero la reiteración de los problemas demuestra una deficiente supervisión. No basta con afirmar que el 70 por ciento del proyecto está ejecutado. Los usuarios y los trabajadores necesitan soluciones, no porcentajes.
Una actuación de esta envergadura exige una gestión ejemplar, con plazos claros, medidas de mitigación efectivas y un compromiso real con la transparencia. Mallorca no puede permitirse que su principal infraestructura aeroportuaria se mantenga durante años en un estado de provisionalidad dañina para todos. Aena debe asumir su responsabilidad y ofrecer respuestas concretas. La modernización del aeropuerto es necesaria, pero su ejecución debe hacerse con rigor, previsión y respeto hacia quienes utilizan la instalación y trabajan en ella.
