Esta semana tenemos en cartelera dos películas que han dejado su huella en diferentes ediciones del Festival de Sitges, por lo que ya os podéis imaginar que tienen cierta relación con el género fantástico o de terror. Son filmes con medios limitados para acceder al gran público, por lo que tras verlas he decidido hablar de sus virtudes para que, si os llaman la atención, les deis una oportunidad y vayáis a verlas.
LA CUEVA
La primera que nos ocupa es obra del director formenterenc Alfredo Montero. Cuenta la terrible experiencia que viven cinco amigos que viajan a Formentera de vacaciones y acampan cerca del mar. Narrado a través de una cámara doméstica que en todo momento manejan los miembros del grupo (excepto en la escena final) la parte inicial transcurre con pasmosa verosimilitud, reflejando diálogos y situaciones que todos, de una u otra manera, hemos experimentado. La diversión, sin embargo, termina cuando uno de ellos encuentra la entrada a una profunda cueva y deciden explorarla, perdiéndose en su interior. Una situación límite que los aboca a la desesperación y el miedo, y donde el más crudo instinto de supervivencia de los que hasta ahora se habían considerado amigos se pone en funcionamiento.
Veo en “La cueva” numerosos referentes del cine de terror moderno, como “REC”, “El proyecto de la bruja de Blair” y “The Descent”. Esto no es malo en absoluto, ya que Montero mezcla lo mejor de todas ellas para lograr su objetivo que no es otro que extrapolar al indefenso espectador la lenta agonía de los protagonistas. Es escalofriante la crudeza de las imágenes y el cambio que experimentan los protagonistas; de cómo una situación límite pone en su lugar a cada uno, desvelando su verdadera naturaleza. Tampoco puedo evitar imaginar la enorme dificultad que habrá entrañado un rodaje de estas características y de la buena labor realizada por Montero y su equipo. Es modesta, sí, limitada en algunos aspectos, pero también es un soplo de aire fresco al malogrado terror patrio y que cumple con creces con aquellos, como yo, que disfrutamos en el cine pasándolo mal.
PUNTUACIÓN: 7
BORGMAN
Mi segunda propuesta es bastante más compleja de describir. Elegida la mejor película en el pasado Festival de Sitges, “Borgman” es un extraño e inquietante experimento. Su director, el holandés Alex van Warmerdam, no oculta en ningún momento su intención de provocar e incomodar al espectador. Y lo consigue con creces y en repetidas ocasiones.
El protagonista es Camiel Borgman, un personaje ambiguo y oscuro pero en apariencia muy normal, que un día irrumpe en la vida de una acomodada familia holandesa. Se le puede definir como una especie de demonio, un elemento discordante y corruptor que cuenta con una pequeña cohorte de súbditos dispuestos a emponzoñar la vida de aquellos a los que señalan como víctimas. Una vez ganada la confianza de algunos de los miembros de la familia, Borgman les inocula miedo y desconfianza, convirtiendo la vida burguesa de esta desenfadada familia en un caos total hasta llegar a consecuencias desastrosas.
“Borgman” es una fábula inquietante que narra sin necesidad de sangre, con una pizca de violencia y mucho humor negro, el desmembramiento de una familia que sucumbe a sus miedos e inseguridades. Sólo hace falta un personaje desestabilizador, el protagonista, para sembrar la discordia entre sus miembros y destruir los cimientos de una sociedad acomodada y, aparentemente, feliz.
PUNTUACIÓN: 7,5
Ángel Mirallas
@Ahemir