Hace unos días, al final de una tertulia radiofónica en la que participo semanalmente predije, y aposte simbólicamente un euro, a favor de que la Presidente Huertas acabaría la legislatura como Presidente del Parlament; me puedo equivocar y que dimita mañana con lo cual mi argumentación habrá durado una escasa semana.
A la vista de las informaciones de ayer, admisión a trámite de la demanda y celebración de una vista de medidas cautelares, ya tenemos judicializada la expulsión y atendiendo que la legislatura termina en mayo de 2019 es muy posible que no haya una sentencia firme y ejecutable con anterioridad a esa fecha.
De todos modos me parece muy bien la actitud de la Presidente Huertas; si considera que no hay nada mal hecho, que nada contradiga los estatutos del partido al que pertenecía -y del que considera ha sido ilegítimamente expulsada- estaba obligada a presentar la demanda.
Los partidos políticos, como los ciudadanos y cualquier tipo de asociación, están sometidas al imperio de la Ley (en eso consiste vivir en un Estado de Derecho) por lo tanto que un Tribunal se pronuncie sobre una decisión de un partido no sólo no me parece mal sino que democráticamente lo considero muy higiénico; y además ya hay precedentes, el señor Delgado demandó al Partido Popular que quería presidir hace unos años; perdió el propio señor Delgado por goleada costas incluidas, pero de eso hace mucho.
Volviendo al tema que nos ocupa considero que como ciudadano no me ofrecen más garantías los inquisidores diputados Jarabo y Camargo que la expulsada Presidente Huertas. No me fio más de la palabra de unos que de la de otra...
Hace un tiempo alguien pronosticó que los dirigentes de Podemos darían tardes de gloria a los periodistas, me temo que se quedó corto. Serán meses o años pues esto no ha hecho más que empezar y los ciudadanos mientras tanto seguimos intentando entender la factura eléctrica.
Como leí en los clásicos sólo temo que se desplome el cielo sobre nuestra cabeza; parece que va a dejar de llover. Que pasen un buen día.
